La italiana Enel ha culminado hoy el proceso de vaciado de Endesa que inició hace prácticamente un año. Ni uno sólo de los activos latinoamericanos de la marca española del grupo obran ya en su cartera. Este jueves, la eléctrica transalpina ha anunciado que daba por cerrado el traspaso de todas sus La italiana Enel ha culminado hoy el proceso de vaciado de Endesa que inició hace prácticamente un año. Ni uno sólo de los activos latinoamericanos de la marca española del grupo obran ya en su cartera. Este jueves, la eléctrica transalpina ha anunciado que daba por cerrado el traspaso de todas sus inversiones en la región a su filial chilena Enersis.
El trasvase del músculo inversor de Madrid a Santiago de Chile se ha llevado a cabo a través de una fusión por absorción de la marca Cono Sur Participaciones. Una sociedad que Enel había creado para ir sacando del ámbito de negocio de Endesa sus inversiones en compañías del sector en Colombia, Brasil, Argentina y Perú. En este sentido, los italianos se han comprometido a que de ahora en adelante la marca chilena Enersis sea su único brazo inversor en energías convencionales en toda Latinoamérica, vetando así cualquier posibilidad de crecimiento para Endesa en la otra orilla del Atlántico.
Aunque el paquete de participaciones ya estaba listo para su traspaso definitivo el pasado marzo, como informó este portal, no ha sido hasta ahora cuando los de Enel han podido cumplir con todos los requisitos pertinentes para la operación. Un movimiento que previamente tuvo que lidiar con la brusca oposición de buena parte de los accionistas de Enersis como las administradoras de fondos de pensiones (AFP) del país andino y varios fondos estadounidenses, invertidos a través de títulos ADR en Wall Street.
Para acometer la operación, la matriz italiana del grupo energético promovió una ampliación de capital en Enersis a la que todos los inversores debían acudir con aportaciones en efectivo, mientras ella aportaría a través de Endesa sus activos latinoamericanos. Unos activos que, además, valoró en un principio por un importe muy superior al que luego reconocieron expertos independientes al punto de llegar a poner en peligro los planes de la multinacional.
Finalmente, las participaciones en compañía latinoamericanas aportadas a Enersis fueron valoradas en unos 2.800 millones de euros al cambio. Un 62% de los 4.500 millones de euros en los que la filial aumentó capital para poder cumplir los planes de Enel a la vez que asegurar la permanencia del resto de socios, ya que ley chilena impide a las AFP a invertir en cotizadas donde el accionista mayoritario posea más de un 60% del capital.
Analistas españoles juzgaron el movimiento desde su inicio como un paso más en la filialización completa de Endesa, a la que frecuentemente suelen salpicar en Madrid rumores de exclusión bursátil a precio de saldo.
