La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha defendido las reformas acometidas por su Gobierno durante su comparecencia por el Día Internacional de la Mujer. Ante las críticas de sus compatriotas se ha justificado echando la culpa la tormenta financiera internacional. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha defendido las reformas acometidas por su Gobierno durante su comparecencia por el Día Internacional de la Mujer. Ante las críticas de sus compatriotas se ha justificado echando la culpa la tormenta financiera internacional.
Rousseff ha comparecido en televisión y mientras lo hacía, en determinados barrios acomodados y de clase media de Sao Paulo y otras ciudades del país se oían caceroladas y abucheos, lo que no deja de ser llamativo pues en Brasil no suele ocurrir algo así mientras la presidenta hablaba en los medios.
A modo de defensa, como señala El País, la mandataria ha eludido responsabilidades y ha culpado a la economía internacional. “En la primera etapa de la crisis económica Brasil reaccionó bien y siguió creciendo mientras otros países destruían empleo. Pero nadie podía prever que la crisis iba a durar tanto. Por eso ahora tenemos que hacer ajustes y actuar de manera que esos ajustes sean divididos entre todos. También se hizo algo parecido en la época de Lula”.
Varios han sido los recortes llevados a cabo en el país latinoamericanos, como gastos ministeriales, además se han subido los impuestos a la gasolina y a la luz. A pesar de que esto no ha gustado a los brasileños y a sus protestas del domingo, la mandataria ha manifestado que el país volverá a crecer.
