El papa Francisco cerró su vista a Brasil, su primer viaje internacional, con un mensaje de cambio. Ante la atenta mirada de más de dos millones de jóvenes, el Pontífice llamó a la acción de la Iglesia y su participación en el cambio social. El papa Francisco cerró su vista a Brasil, su primer viaje internacional, con un mensaje de cambio. Ante la atenta mirada de más de dos millones de jóvenes, el Pontífice llamó a la acción de la Iglesia y su participación en el cambio social.
En su viaje de regraso a Roma, el Pontífice habló sobre los homosexuales: «si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, quién soy yo para juzgarla. El Catecismo de la Iglesia Católica explica y dice que no se deben marginar a esas personas y que deben ser integradas en la sociedad», señaló.
En la playa de Copacabana, el Papa señaló a los voluntarios que ayudaron a organizar la JMJ «que sean revolucionarios, que vayan contracorriente». Este mensaje ya la había dejado claro unos días antes, cuando ante centenares de fieles argentinos en la Catedral Metropolitana de Río aseguró:»quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera. Quiero que la iglesia salga a la calle”.
El Pontífice llamó también a los jóvenes fieles a impulsar el cambio social. «No dejen que otros sean los protagonistas del cambio: ustedes son los que tienen el futuro», aseguró durante la vigilia de la JMJ en Copacabana.
Después de este viaje, en el que logró reunir a millones de fieles, el papa Francisco ha vuelto a El Vaticano con más fuerza, dispuesto a ‘limpiar’ las manchas sobre la Iglesia y a luchar y a animar a los demás a que luchen por un mundo más justo.
