El acuerdo para que Argentina devuelva el dinero que le fue prestado por el Club de París sigue enredándose. El grupo de estados que proporcionaron los créditos han rechazado la propuesta de abono que había realizado el ministro de Economía argentino, Amado Boudou. Como respuesta, han hecho llegar su contrapropuesta al país de Cristina Fernández, que fijaría en tres años el plazo para cancelar el capital de la deuda en default desde 2002 y negociar con cada país acreedor el pago de intereses punitorios. El acuerdo para que Argentina devuelva el dinero que le fue prestado por el Club de París sigue enredándose. El grupo de estados que proporcionaron los créditos han rechazado la propuesta de abono que había realizado el ministro de Economía argentino, Amado Boudou. Como respuesta, han hecho llegar su contrapropuesta al país de Cristina Fernández, que fijaría en tres años el plazo para cancelar el capital de la deuda en default desde 2002 y negociar con cada país acreedor el pago de intereses punitorios.
El Club de París rechazó la propuesta argentina porque presentaba una reestructuración de deuda y no como un diferimiento de pago, por lo que sería necesario contar con un acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), algo a lo que Argentina se niega. A cambio, la contrapropuesta que presentó el conglomerado de acreedores consistiría en otorgar un plazo de tres años para saldar los 6.300 millones de dólares que permanecen impagos, que es lo que Argentina puede negociar directamente con el Club.
Los casi 3.000 millones de dólares que se adeudan por intereses punitorios por el atraso en el pago, se negociarían con cada país acreedor. En ese sentido, fuentes cercanas a las negociaciones aseguraron al diario El Cronista Comercial que «las ofertas no están tan lejos» porque la oferta argentina preveía pagos de 2.500 millones de dólares y en la que presentó el Club, las cuotas serían de 3.000 millones. Después se tendrían que negociar los intereses de castigo.
El Club de París habría fijado el mes de junio como plazo máximo para alcanzar un acuerdo. Si para entonces no está cerrado, el conglomerado preferiría congelar la discusión hasta que se defina la elección presidencial de octubre. Mientras tanto, Amado Boudou, ministro de Economía, viajará en 10 días a Estados Unidos, para participar de la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial (BM). Allí se reuniría con los ministros de Economía de los países que componente el Club y podrían producirse avances en las negociaciones.
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