El 26 de marzo pasado, Rosatom anunció que no descarta la posibilidad de construir una planta para la producción de dispositivos de almacenamiento de energía de litio en Bolivia.
«Consideramos que el litio se constituye una gran oportunidad no solo para Bolivia, sino para el mundo para generar energía limpia y contribuir al desarrollo. Realmente es una gran oportunidad para Bolivia, esperamos ser socios con Rusia», dijo la alta diplomática ante la prensa tras la reunión con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en Moscú.
Según la ministra, gracias a la cooperación con Rosatom, Bolivia «puede generar muchos impactos» positivos tanto en su país como en países de todo el mundo.
Bolivia forma parte del «Triángulo del Litio» junto con Argentina y Chile, que son los otros dos países de la región con mayores reservas de litio en el mundo; sin embargo, requiere de socios estratégicos para consolidar la industrialización trazada por el Gobierno del presidente, Luis Arce.
Sus reservas están estimadas en 23 millones de toneladas y concentradas en su mayoría en el salar de Uyuni, desierto de sal en el suroeste del país.
Actualmente, Bolivia ya tiene convenios con Uranium One Group de la Corporación Rosatom de Rusia y el consorcio chino CATL, BRUMP y CMOC (CBC) de China, para construir dos plantas pilotos de carbonato de litio, con una inversión total de 2.800 millones de dólares.
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