Más voces se unen al coro que reclama a México reformas estructurales que permitan mantener su desarrollo. Si esta semana fue la OCDE la que recomendaba al país centroamericano reducir su dependencia del petróleo y poner en marcha cambios fiscales, ahora es el Banco Mundial el que alerta de la pérdida de productividad que vive su economía, una pérdida que sólo se atajará con reformas. Más voces se unen al coro que reclama a México reformas estructurales que permitan mantener su desarrollo. Si esta semana fue la OCDE la que recomendaba al país centroamericano reducir su dependencia del petróleo y poner en marcha cambios fiscales, ahora es el Banco Mundial el que alerta de la pérdida de productividad que vive su economía, una pérdida que sólo se atajará con reformas.
A través del informe Global Development Horizons 2011, los expertos del organismo internacional apuntan que de no mediar cambios estructurales, la productividad seguirá cayendo en México, lo que terminará repercutiendo sobre el ahorro interno. “México es una de las economías emergentes con menos posibilidades de convertirse en un centro de crecimiento, pese al potencial que tiene el tamaño de su mercado interno”, reza un extracto del documento.
De hecho, el Banco Mundial va más allá y señala que en 2025 México no estará entre los principales países emergentes, que serán Brasil, China, India, Indonesia, Corea del Sur y Rusia, y que supondrán la mitad de la economía global. Así, durante esta década el país centroamericano quedaría rezagado de no tomar medidas.
El ex subsecretario mexicano de Hacienda y Crédito Público, Alejandro Werner, de visita en Madrid, ha recalcado la necesidad de que México realice reformas que permitan mantener constante su crecimiento. Werner también ha incidido en la reforma fiscal que a su juicio necesita el Estado centroamericano, ya que, ha afirmado en un acto de la Secretaría General Iberoamericana, “no puede seguir siendo el país con menor recaudación fiscal no petrolera de toda la región”.
