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La voluntad de firmar acuerdos para el nuevo escenario persigue mitigar el riesgo de ruptura

La Comunidad Andina intenta salvar los muebles tras la salida de Venezuela

El próximo 22 de abril se producirá el fin de las ventajas comerciales que unen todavía a Venezuela con la Comunidad Andina (CAN), de la que se retiró en 2006 por los graves desacuerdos en materia de política exterior que su presidente, Hugo Chávez, mantenía con Perú y Colombia por la intención de éstos de firmar acuerdos con EEUU. El trauma de la salida venezolana, el país más rico de los que la componían y pilar fundamental de la unión, ha puesto de manifiesto el peligro de que el proyecto político entre en punto muerto. El próximo 22 de abril se producirá el fin de las ventajas comerciales que unen todavía a Venezuela con la Comunidad Andina (CAN), de la que se retiró en 2006 por los graves desacuerdos en materia de política exterior que su presidente, Hugo Chávez, mantenía con Perú y Colombia por la intención de éstos de firmar acuerdos con EEUU. El trauma de la salida venezolana, el país más rico de los que la componían y pilar fundamental de la unión, ha puesto de manifiesto el peligro de que el proyecto político entre en punto muerto.

A pesar de su marcha, la eliminación de los aranceles y el impulso del libre comercio entre los miembros – Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú – y Venezuela debía mantenerse durante cinco años más, es decir, hasta el próximo 22 de abril.

«Esta medida, expresada básicamente en el mantenimiento de las preferencias arancelarias, o sea la ventaja de comprar y vender productos de origen andino sin pagar aranceles, confirma la importancia del mercado andino con la participación de Venezuela», ha afirmado el secretario general de la CAN, Adalid Contreras. Uno de los grandes peligros sería, por tanto, que cayera el comercio de los miembros de la CAN con el país liderado por Hugo Chávez, una de las bases del proyecto conjunto.

El otro de los peligros, quizá el más grave, sería que tras la marcha de Venezuela la unión política e integradora que subyace como intención programática de la CAN entrara en punto muerto, ya que el país liderado por Hugo Chávez ha sido históricamente uno de sus puntales más férreos.

Para evitarlo, los miembros de la CAN ya han manifestado su intención de cerrar acuerdos comerciales con Venezuela que contribuyan a mantener los niveles de comercio actuales y, sobre todo, que mantengan una cierta unión en el nuevo escenario posterior a la marcha venezolana.

Del mismo modo, esa voluntad de acercamiento podría mitigar las diferencias ideológicas y políticas que subsisten entre los países miembros, diferencias que podrían provocar procesos de desunión aún mayores en un futuro.

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