La actividad industrial argentina ha caído un 2,2% el pasado mes, lo que encadena 19 meses sin crecimiento y una pérdida de 16.657 puestos de trabajo. La economía en recesión, el cepo cambiario y bastante menos demanda llevan a la industria a su peor mes de febrero desde 2010. La actividad industrial argentina ha caído un 2,2% el pasado mes, lo que encadena 19 meses sin crecimiento y una pérdida de 16.657 puestos de trabajo. La economía en recesión, el cepo cambiario y bastante menos demanda llevan a la industria a su peor mes de febrero desde 2010.
El sector motor y su debacle han arrastrado el mes pasado a toda la industria de modo general, aunque los expertos privados consideran que algunos rubros han decelerado sus caídas e incluso otros se han recuperado.
Según el Estimador Mensual Industrial (EMI), publicado el pasado jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el retroceso en febrero con relación a un año precedente en su medida estacional.
La estimación, como recoge La Nación, es muy inferior a la esperada por las consultoras privadas, como la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (Fiel), que ha señalado que el desplome ha sido del 7,2%.
Fiel ha concretado a través de un informe que “en el acumulado para el primer bimestre del año, y en la comparación interanual, la actividad industrial se ubica en un 6,7% por debajo de lo observado en el mismo período de 2014”. Desde su punto de vista la industria automotriz ha sido la que más ha caído, en concreto un 2,11%.
El Indec, por su lado, ha señalado que la producción de automóviles ha caído un 14,9%. Aunque se han registrado caídas en otros sectores como la fabricación de químicos, caucho y plásticos (-5,4%), la industria textil (-13,3%), y la alimenticia y productos del tabaco (-2,3%).
Por su parte, ha habido otros rubros que han aumentado durante el mismo período, como la producción la industria del papel y el cartón (4,2%), la refinación de petróleo (1,4%) y las manufacturas de productos minerales no metálicos (7,8%).
La consultora ha señalado que se trata de un primer “bimestre atípico en el que varias actividades adelantaron vacaciones en el mes de enero (y otros sectores fueron afectados por conflictos sindicales) las perspectivas para los próximos meses continúan resultando complejas, especialmente por las necesidades de divisas para sostener la producción y el impacto del retroceso de la actividad en Brasil y la apreciación de su moneda”.
