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AMÉRICA EN FOCO

Humala mueve las fichas

A pocos días de iniciar su segundo año de gestión el presidente peruano Ollanta Humala tomó juramento a Juan Jiménez Mayor como Primer Ministro en reemplazo de Oscar Valdés. Mayor hasta el momento titular de la cartera de Justicia, joven abogado, experto en derecho constitucional, liderará un equipo de 18 funcionarios, como presidente del consejo de ministros, además fue Vice Ministro de Justicia durante el gobierno transitorio de Valentín Paniagua, en noviembre del 2000, tras la caída de Alberto Fujimori. A pocos días de iniciar su segundo año de gestión el presidente peruano Ollanta Humala tomó juramento a Juan Jiménez Mayor como Primer Ministro en reemplazo de Oscar Valdés. Mayor hasta el momento titular de la cartera de Justicia, joven abogado, experto en derecho constitucional, liderará un equipo de 18 funcionarios, como presidente del consejo de ministros, además fue Vice Ministro de Justicia durante el gobierno transitorio de Valentín Paniagua, en noviembre del 2000, tras la caída de Alberto Fujimori.

Otra movida del presidente Humala fue el reemplazo de cinco integrantes de su gabinete, ingresando al flamante equipo Pedro Cateriano Bellido, Defensa; Eda Rivas, Justicia; Milton Van Hesse, Agricultura; Wilfredo Pedrazza Sierra, Interior; Midori de Habich, Salud. Vale recordar que se trata del tercer gabinete de la administración Humala desde que asumió funciones el 28 de julio del 2011, situación inédita en el país desde hace treinta años, luego de que Perú retornó a la democracia en 1980, luego de doce años de gobiernos militares.

Sin lugar a dudas la movida más comentada del presidente ha sido el cambio de su Primer Ministro, Oscar Valdés, militar retirado, cuestionado duramente por parte importante de la ciudadanía por su manejo en las demandas y protestas sociales que le estallaron en sus manos al presidente en los últimos tiempos. Valdés, formaba parte del gobierno desde diciembre ultimo, en momentos en que Humala removió a casi el 50 por ciento de su gabinete, en la que enfrentó la primera crisis, en medio de una protesta contra el plan minero de Newmont, hasta ese momento Salomón Lerner Ghitis fungía como el responsable.

A pesar de jugar positivamente en la balanza económica del país, el tema minería derrama protestas y conflictos en la sociedad, por lo que ha sido un hueso duro de roer para el gobierno de Humala, lamentablemente las manifestaciones populares que han dejado al menos 17 vidas en un año, en la cuenta del haber, el gobierno ha logrado recaudar 1.246 millones de nuevos soles por gravámenes a las empresas mineras a mitad del año, lo que consigue mejorar los ingresos fiscales e inversiones dirigidas al área social, salud y educación.

Las estimaciones hacia fin de año se aproximan a una cifra de 3.000 millones de soles, para nada irrisoria, vale recordar que en los comienzos de la administración Humala se estableció un nuevo esquema tributario a la minería -impuesto a la sobreganancias- calificado como gravamen minero, el permanente aumento de los ingresos fiscales soportan el desarrollo y el considerable crecimiento económico, que sin lugar a dudas exhibe la Republica del Perú. La planificación a mediano plazo apunta a aumentar la presión tributaria al 18 por ciento del PBI hacia el 2016, al momento rige un 15 por ciento.

Ante los cambios, se especula que Humala apuesta a buscar mayor oxigeno al equipo ministerial, en la búsqueda del dialogo perdido especialmente con la puesta en funciones de un nuevo primer ministro. Uno de los mayores desafíos de la administración es controlar las protestas, así Humala decretó tres veces el estado de excepción en diversas ciudades del país, fundamentados por conflictos generados por la minería, los que como si fuese poco contribuyeron a la caída de imagen del mandatario pues su desaprobación alcanzó el 51% en julio, su nivel más alto desde que juró el 28 de julio de 2011, asimismo, se cuestiona al gobierno su falta de iniciativa para llevar adelante cambios reales y estructurales en el periodo transitado, así y a efectos de contrarrestar la realidad, el flamante primer ministro afirmó que “no quiere más muertos y que conducirá un gabinete dispuesto a enarbolar la bandera del diálogo, buscando reencontrarse con el pueblo, replanteando las formas en que se afrontan los conflictos sociales”.

En cuanto a la gestión Valdés, Jiménez Mayor, opinó diplomáticamente “cumplió objetivos , alcanzando las metas previstas”, sin embargo, al momento las instrucciones del presidente a la nueva gestión, implican un giro de 90 grados. Será prioritario que el sistema productivo del país se direccione hacia elementos fundamentales, buscando el entendimiento a efectos de monitorear la seguridad nacional y ciudadana, monitoreando el devenir del grupo terrorista sendero luminoso, ya que circulan rumores que dan cuenta la existencia de organizaciones vinculadas que intentan desembarcar en la política, en cuanto a la promoción de las inversiones, punto clave en el desarrollo peruano, es de esperar que profundice las acciones llevadas a cabo, tan positivas hasta el momento.

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