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Pemex también se la juega en la crisis de Repsol en Argentina

La guerra de desgaste desatada por el Gobierno argentino contra YPF, filial de Repsol, traspasa fronteras. México observa con lupa el proceso porque de él dependerá el futuro Pemex. La guerra de desgaste desatada por el Gobierno argentino contra YPF, filial de Repsol, traspasa fronteras. México observa con lupa el proceso porque de él dependerá el futuro Pemex.

La petrolera mexicana estatal es uno de los principales accionistas de Repsol, controla el 9,49% de su capital después de que el pasado verano comprara un 4,6% adicional por 1.200 millones de euros (un 70% se financió con emisiones de deuda) en una operación diseñada conjuntamente con Sacyr que finalmente resultó un fracaso. Si Pemex hubiera comprado esas acciones ahora valdrían poco más de 1.000 millones de euros.

Los títulos de Repsol cerraron ayer en 18,79 euros, un 5,7% por debajo del precio promedio que pagó Pemex el agosto del año pasado para adquirir 56,3 millones de acciones de la compañía española.

En las últimas semanas- y la raíz del conflicto de Cristina Fernández con YPF- han sido varios los medios mexicanos los que han vuelto a criticar duramente esta operación, calificada de “inútil” y “contraproducente”. Aunque no todos comparten esta visión. En el sector energético mexicano, algunos confían en que el país saque partido de la posible intervención de la filial argentina de Repsol.

Según explican estas fuentes, la incertidumbre regulatoria y un desenlace poco favorable para la compañía española (como la pérdida de control de YPF) podrían provocar que orientara su estrategia y sus inversiones futuras a otras zonas, entre ellas el Golfo de México o Brasil y Pemex querría aprovecharlo.

De hecho, la compañía estatal está dispuesta a aliarse con Repsol en las labores de exploración de petróleo en aguas de Cuba. El presidente de México, Felipe Calderón, tiene previsto viajar la próxima semana para hablar de comercio e inversiones, así como de la exploración petrolera en alta mar.

Después de una moratoria años firmada en 2001 y que duró diez años por la que EEUU y México acordaron no tocar las reservas de hidrocarburos compartidas por ambos países, las dos economías firmaron un acuerdo para explotar conjuntamente sus yacimientos en el Golfo. México aún no ha alcanzado un acuerdo similar con Cuba.

Sin embargo, según Cuba Standard, ya se han producido conversaciones entre Pemex y Cupet, la estatal cubana, centradas en las reservas de petróleo transfronterizas. Según este medio, la Isla consideraría que la explotación en común de estos pozos sería una forma de devolver los 500 millones de dólares que adeuda a México.

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