La petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) se enfrenta a una situación complicada. Para empezar, ha dejado de ser el tercer exportador de EEUU, cediéndole el puesto a Venezuela y, pese a los esfuerzos del Gobierno de Peña Nieto, siguen los robos de gasolina. La petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) se enfrenta a una situación complicada. Para empezar, ha dejado de ser el tercer exportador de EEUU, cediéndole el puesto a Venezuela y, pese a los esfuerzos del Gobierno de Peña Nieto, siguen los robos de gasolina.
El Departamento de Energía de la Unión Americana (Energy Information Administratation, EIA) ha anunciado que durante este año, México ha reducido de modo considerable sus envíos al país del norte, espacio que ha aprovechado el producto venezolano, aunque no cuenta con suficiente crudo pesado para vender.
Dicho organismo y el también gubernamental National Energy Information Center, ha anunciado que entre el 1 de enero y el 31 de agosto, México colocó entre sus clientes estadounidenses una media de 707.000 barriles diarios mientras que Venezuela colocó 767.000 en el mismo período.
A esto, que recoge el mexicano Diario de Sonora, se une la caída en la producción y los robos de gasolina, de los que se hace eco Excélsior. Pemex ha reconocido encontrarse totalmente desbordados por la sustracción de la materia prima, que en 15 años ha avanzado un 700%.
Las tomas clandestinas, en concreto, han pasado de 155 a 1.239 en el período comprendido entre 2000 y 2015, mientras el Gobierno mexicano ha hecho esfuerzos de todo tipo para recuperar el combustible sustraído.
