A pesar de suponer el 15% de la población de Centroamérica y aportar una enorme riqueza cultural, los pueblos indígenas siguen estando excluidos de los procesos de desarrollo de sus países. A pesar de suponer el 15% de la población de Centroamérica y aportar una enorme riqueza cultural, los pueblos indígenas siguen estando excluidos de los procesos de desarrollo de sus países.
Así al menos lo señala el análisis ‘Diagnóstico sobre la situación de los derechos humanos de los pueblos indígenas de América Central’, que ha elaborado el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) con la colaboración de líderes indígenas, que fueron los encargados de redactar las recomendaciones.
Carmen Rosa Villa, representante centroamericana del ACNUDH ha asegurado en declaraciones a Efe que una de las principales preocupaciones de los indígenas de la región es la que se exploten sus recursos naturales como parte de la visión de desarrollo de los estados.
“Decir que los indígenas no quieren el desarrollo es totalmente falso, lo que pasa es que tienen una cosmovisión distinta a la occidental, que debe ser respetada, reconocida y admirada porque son pueblos milenarios que han contribuido a la construcción de la región”, ha comentado.
En el informe se han estudiado diversos países y se ha llegado a varias conclusiones, Guatemala es, por ejemplo, el país con mayor cantidad de aborígenes, 4,3 millones, lo que es un 38% de los habitantes del país.
En este país, los indígenas se quejan de haber sido expropiados desde la época colonial, mientras que en El Salvador critican que el Estado no reconoce su existencia, en Honduras señalan que sus territorios son dados en concesión sin consultarles, en Nicaragua los aborígenes no son dueños de sus tierras y en Costa Rica aún no se ha votado la ley de Autonomía de los Pueblos Indígenas.
El punto de luz lo pone Panamá, pues el estudio señala que se han tomado medidas para avanzar en la protección de los derechos indígenas como las leyes comarcales.
