Los indígenas brasileños están en pie de guerra contra la presidenta del país, Dilma Rousseff. El desencadenante ha sido la muerte del indígena Osiel Gabriel, que falleció al ser desalojado por la policía en la hacienda Buriti en la localidad de Sidrolandia. Los indígenas brasileños están en pie de guerra contra la presidenta del país, Dilma Rousseff. El desencadenante ha sido la muerte del indígena Osiel Gabriel, que falleció al ser desalojado por la policía en la hacienda Buriti en la localidad de Sidrolandia.
Así lo ha señalado el periódico español El País que ha señalado también que para demostrar su desagrado ante esta acción, varios grupos de diversas etnias han tomado una sede del Partido de los Trabajadores y han cortado las carreteras para protestar contra el Gobierno de la presidenta Rousseff.
Desde el día 13 de mayo han comenzado las movilizaciones con ocupaciones en el Congreso de Brasilia, lo que hizo huir a varios diputados, aunque lo que ha prendido la mecha ha sido la muerte de Gabriel.
En cualquier caso, todo se remonta a un proyecto de ley de la mano derecha de la presidenta, la ministra de la Casa Civil, Gleisi Hoffmann que aboga por decidir sobre las tierras de modo conjunto y no sólo con la opinión de los indígenas. Esto se ha tomado como un cerrojo a la concesión de las demarcaciones de los indígenas y han optado por desenterrar el hacha de guerra.
