Las nuevas revelaciones en torno al presidente no electo Michel Temer, que estrechan todavía más el cerco de la corrupción sobre él, han tenido un impacto desvastador sobre los mercados brasileños. En cierta forma, era una catástrofe anunciada y, sin embargo, su impacto no se ha visto aminorado. Las nuevas revelaciones en torno al presidente no electo Michel Temer, que estrechan todavía más el cerco de la corrupción sobre él, han tenido un impacto desvastador sobre los mercados brasileños.
Según unas grabaciones, Temer habría aprobado el pago de sobornos para garantizar el silencio del ex titular de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, el hombre que lanzó el proceso de impeachment contra la presidenta electa Dilma Rousseff.
Cunha era además uno de las cabezas del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), ahora en el Gobierno; pero posteriormente fue suspendido de su cargo por decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) entre acusaciones de corrupción pasiva y lavado de dinero. También ha salido en los conocidos como ‘Papeles de Panamá’ por poseer cuentas en empresas offshores abiertas por la compañía panameña Mossack Fonseca.
Pero todavía hay más y es que la Policía Federal brasileña ha detenido también al diputado Rodrigo Rocha, que fue asesor especial de Temer hasta marzo. Y también ha entrado en las oficinas de Aécio Neves, presidente del Partido Socialdemócrata de Brasil, después de que Joesley Batista, dueño del gigante cárnico JBS, le acusase de pedirle un soborno de 20 millones de dólares.
JBS también fue acusada hace unos meses del pago de sobornos a políticos y funcionarios brasileños para que permitiesen la entrada en el mercado de carne en mal estado, lo que motivo una crisis alimentaria y el desplome de las exportaciones de un producto en el que los cariocas son líderes globales.
En definitiva, cuando parecía que Brasil comenzaba a dejar atrás la que ha sido la mayor crisis económica de su historia; los mercados han reaccionado a esta nueva oleada de noticias con una caída en cascada. Así, por ejemplo, el Bovespa incluso se ha visto obligado a suspender operaciones después de hundirse más del 10%.
Además, el real, se ha depreciado más de un 8,5% en el inicio de la jornada bursatil, lo que, al menos, puede ser positivo para los exportadores de la soja y del maíz brasileño al ver mejorada su competitividad justo cuando el país carioca ha logrado su mayor cosecha histórica de soja, con 113 millones de toneladas. Del mismo modo, también se prevé récord histórico en la campaña de maíz, aún en marcha, con un volumen estimado para la cosecha en casi 93 millones de toneladas.
Con todo, las turbulencias para el conjunto de la economía amenazan con dejar en nada esos aspectos positivos. La inestabilidad política es ya una realidad con la posibilidad sobre la mesa de una renuncia del presidente no electo, por mucho que él la rechace tajantemente e incluso pretendiese retrasar las elecciones.
