Los principales accionistas de Portugal Telecom parecen no estar dispuestos a renunciar a la oferta de 7.150 millones de euros de Telefónica por el 30% de Vivo. Según asegura la prensa brasileña, Banco Espirito Santo (BES), que cuenta con un 7,9% de su capital, y Ongoing, propietario del 6,74% de sus acciones, promueven alternativas para la operadora lusa en el mercado brasileño, como la compra de Oi que ha sido ‘desmentida’ hoy por la operadora lusa. Los principales accionistas de Portugal Telecom parecen no estar dispuestos a renunciar a la oferta de 7.150 millones de euros de Telefónica por el 30% de Vivo. Según asegura la prensa brasileña, Banco Espirito Santo (BES), que cuenta con un 7,9% de su capital, y Ongoing, propietario del 6,74% de sus acciones, promueven alternativas para la operadora lusa en el mercado brasileño, como la compra de Oi que ha sido ‘desmentida’ hoy por la operadora lusa.
Aunque esta cuestión aún no se ha debatido en el órgano de gestión de Portugal Telecom. “El consejo nunca se ha reunido o ha discutido estos temas y, por eso, no ha tomado ninguna iniciativa ni ha pedido a nadie que negocie con terceras partes una fusión con el operador brasileño Oi o con una sociedad relacionada”, afirma la compañía en un comunicado.
Oi, que por el momento ha preferido no hacer comentarios, es una empresa surgida de una fusión hace dos años entre dos empresas telefónicas rivales (Telemar y Brasil Telecom) patrocinada por el Gobierno de Lula, en su esfuerzo por crear un gigante de las telecomunicaciones brasileño.
Según el diario O Globo, para entrar en el capital de Oi, tanto Portugal Telecom como el Gobierno de José Sócrates deberían negociar con el Ejecutivo brasileño. La idea sería que PT comprara al menos la mitad de las acciones de Oi y, al margen de cuestiones políticas, no tendría problemas para financiar la operación tras la gran inyección de capital proveniente de Telefónica.
Hoy en día, los propietarios de la compañía brasileña no quieren vender sus acciones, pero todo el mundo tiene un precio. “Hace un año PT dijo que nunca vendería su participación en Vivo”, recuerda O Globo, que cita a fuentes del sector. A principios de junio, el principal accionista de Oi, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), recortó su participación hasta el 16,89% desde el 31,36% anterior, mientras que los fondos de pensiones Funcef y Petros aumentaron su respectivo porcentaje del 2,7% hasta aproximadamente un 10% cada uno.
La prensa brasileña también destaca las buenas relaciones que mantienen algunos de los accionistas de PT con el Gobierno del país latinoamericano, que podrían facilitar la operación. Ongoing controla el diario Brasil Económico, donde José Dirceu, ex ministro de la Presidencia del Gobierno de Lula entre 2003 y 2005, es columnista permanente. Además, su mujer es directora de marketing del grupo en Brasil.
Telefónica y Portugal Telecom se dividen al 50% el control de Vivo a través de Brasicel, la compañía que posee el 60% del mayor operador móvil de Brasil. El grupo español ha ofrecido 7.150 millones de euros por la participación de la compañía lusa, una operación aprobada por los accionistas de PT, pero que ha sido vetada por el Gobierno de José Sócrates. Este bloqueo ha sido criticado duramente por la oposición, analistas y la propia Comisión Europea. El próximo miércoles el Tribunal de Luxemburgo decidirá si el veto es o no legal.