Una comisión del congreso brasileño va a estudiar de dónde obtiene recursos económicos la organización campesina Movimiento sin Tierra (MST). Este grupo estará integrada por senadores y diputados y surgió de una propuesta del opositor partido Demócrata (DEM), donde defienden que el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva ha entregado, en forma encubierta, cerca de 65 millones de dólares a entidades vinculadas al MST durante los últimos cinco años. Una comisión del congreso brasileño va a estudiar de dónde obtiene recursos económicos la organización campesina Movimiento sin Tierra (MST). Este grupo estará integrada por senadores y diputados y surgió de una propuesta del opositor partido Demócrata (DEM), donde defienden que el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva ha entregado, en forma encubierta, cerca de 65 millones de dólares a entidades vinculadas al MST durante los últimos cinco años.
Según la ley brasileña para que haya una investigación parlamentaria dos tercios de la cámara de senadores y de la de diputados deben apoyar la medida. En este caso el DEM obtuvo el respaldo de 210 diputados y 36 senadores con lo que su sugerencia fue admitida a trámite. La oposición había propuesto investigar al MST hace un mes, pero entonces la solicitud fue negada por el Congreso, pues no alcanzó a sumar el respaldo necesario.
El Congreso brasileño informó de que los partidos políticos deberán designar a los 36 miembros de la comisión la semana próxima, y que el grupo parlamentario deberá comenzar su trabajo dentro de unos quince días.
Las sospechas radican en que el movimiento campesino es un antiguo aliado de Lula y la izquierda brasileña. El MST lleva presionando desde hace 25 años por una reforma agraria más radical y de corte marxista, y es considerado por sectores de derechas como un grupo violento que atenta contra la propiedad privada y siembra el caos en el campo.
Como todo tiene dos partes, desde el movimiento campesino se defienden argumentando que combaten los latifundios, luchan por la democratización de la propiedad de la tierra y enfrentan a empresas multinacionales que, según ellos, explotan a los campesinos.
Senadores y diputados que apoyaron al DEM en su propuesta de estudiar la financiación del grupo dijeron que aceptaron la investigación debido a la última acción del MST, que hace dos semanas invadió una hacienda de la multinacional brasileña Cutrale, en la que destruyó cerca de 7.000 naranjos.
El MST intentó justificar la ocupación en la supuesta ilegalidad de los títulos de propiedad que posee Cutrale sobre esas tierras, que la justicia analiza desde 2006 si son realmente privadas o públicas, como sostiene el movimiento campesino.
La destrucción de los naranjos fue recibida con indignación por todos los partidos políticos y condenada hasta por el propio Lula, quien declaró que era imposible «justificar ese vandalismo» por parte de un movimiento social.
Para liquidar esta comisión especial, se tiene como plazo tres meses, pero que podrán ser prorrogados por otros tres, con lo que la investigación podría concluir el año próximo. Esto puede tener consecuencias políticas importantes ya que en 2010 los brasileños irán a las urnas para elegir el sucesor del presidente Lula.
Por su parte, desde el Gobierno se han negado a rajatabla las acusaciones del DEM. Sostienen que la oposición pretende valerse de esa investigación para, precisamente, caldear el ambiente político antes del inicio de la campaña para las elecciones de octubre del 2010, que comenzará en junio próximo.