Las naciones acreedoras de deuda argentina que conforman el llamado Club de París parecen estar satisfechas con la cantidad monetaria que quiere pagar el país austral para hacer frente a sus obligaciones. Durante esta semana, los países acreedores han mantenido una de sus reuniones mensuales, después de la cual un funcionario del Club ha confirmado a algunos diarios internacionales que parece que la diferencia entre lo que quiere desembolsar Argentina y lo que pedirá el Club de París es mínima, apenas del 2%. Las naciones acreedoras de deuda argentina que conforman el llamado Club de París parecen estar satisfechas con la cantidad monetaria que quiere pagar el país austral para hacer frente a sus obligaciones. Durante esta semana, los países acreedores han mantenido una de sus reuniones mensuales, después de la cual un funcionario del Club ha confirmado a algunos diarios internacionales que parece que la diferencia entre lo que quiere desembolsar Argentina y lo que pedirá el Club de París es mínima, apenas del 2%.
De esta forma, Argentina avanza en la renegociación de su deuda. Todo apunta a que hay progresos en lo relativo a las cifras del dinero en impago, aunque todavía se mantienen algunas diferencias en los términos en que se realizarán los pagos. Esta discusión está centrada, principalmente, en los plazos. Al menos, esto es lo que ha comentado dicho funcionario.
Sin embargo, en el ministerio de Economía de Argentina se han negado a dar detalles. “Cuando haya información concreta la daremos, pero por ahora no hay nada que decir”, ha comentado el titular de la cartera, Amado Boudou.
Según lo previsto, Boudou podría viajar a Francia en los primeros días de febrero, y sería entonces cuando comenzarían las negociaciones por los plazos en los que se cancelará el pasivo, la modalidad y la tasa de interés que se aplicará. Esto entraría dentro del cronograma que establecieron a finales del año 2010 técnicos del Club y de la cartera de Economía, según el cual la cuantía a pagar estaría fijada a finales de enero. Una vez acordada la cifra, iniciaría una segunda etapa, en la que se negociarían las condiciones de pago.
La deuda con el Club de París es el último vestigio de la crisis económica que vivió Argentina en el 2001, cuando el país declaró el incumplimiento del pago de una deuda en torno a 100.000 millones de dólares (74.317 millones de euros) contraída con inversores privados. Según las cuentas del gobierno de Cristina Fernández, el pasivo que debe al Club es de 6.030 millones de dólares (4.481 millones de euros). Los principales países acreedores son Alemania, con el 34% de la deuda, y Japón, con el 26%. Argentina debe dinero también a Holanda, Italia, y EEUU.
El Club de París es un grupo informal de países acreedores que no tiene miembros permanentes y funciona bajo el principio de consenso general acerca de las condiciones que se proporcionan a los países deudores y de distribución equitativa de carga entre sus miembros acreedores. Desde 1979 el Tesoro francés ha proporcionado al Club una secretaría permanente, responsable de la preparación y coordinación de las reuniones, que ha asumido la dirección del grupo.
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