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Dilma militariza las fronteras de Brasil con Argentina, Uruguay y Paraguay

Dilma Rousseff ha tomado la decisión de militarizar la frontera que Brasil comparte con sus socios del Mercosur, Argentina, Uruguay y Paraguay, con un total de 7.000 soldados y alrededor de 30 aviones de guerra, dentro de su Plan Estratégico de Fronteras para luchar contra el narcotráfico. Desde el gigante sudamericano se ha aclarado que la acción ha sido coordinada con los Gobiernos de sus tres vecinos. El Ejército brasileño ha emprendido en los últimos años un proceso de modernización que lo ha colocado como uno de los más poderosos de la región. Dilma Rousseff ha tomado la decisión de militarizar la frontera que Brasil comparte con sus socios del Mercosur, Argentina, Uruguay y Paraguay, con un total de 7.000 soldados y alrededor de 30 aviones de guerra, dentro de su Plan Estratégico de Fronteras para luchar contra el narcotráfico. Desde el gigante sudamericano se ha aclarado que la acción ha sido coordinada con los Gobiernos de sus tres vecinos. El Ejército brasileño ha emprendido en los últimos años un proceso de modernización que lo ha colocado como uno de los más poderosos de la región.

«Toda la extensión fronteriza desde el Chuy hasta Corumbá está dentro de la operación», ha señalado a los medios el general Carlos Goellner, jefe de la Región Sur del Ejército, en referencia a la zona que va desde Uruguay hasta Paraguay, y que es la que está afectada por la operación. Brasil se está convirtiendo en la potencia militar de la región, con una inversión en armamento y modernización que se amplia año tras año y que es la más alta del subcontinente.

La nación de Dilma domina ya el ciclo completo del enriquecimiento del uranio y a partir de 2016 contará con submarinos de propulsión nuclear, lo que no ha hecho sino confirmar la tendencia en que el país sudamericano vive inmerso en los últimos años: la de la modernización de sus Fuerzas Armadas para colocarlas a un nivel que responda a su creciente potencial económico. Según datos del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), el país de Dilma Rousseff incurrió en 33.500 millones de dólares de gastos militares durante el 2010, casi la mitad del total regional.

En 2009, con la intención declarada de modernizar sus Fuerzas Armadas, el entonces presidente Lula da Silva firmó una alianza con su homólogo Nicolás Sarkozy para construir cuatro submarinos Scorpene, con una inversión prevista de 6.700 millones de euros (unos 9.600 millones de dólares) para las próximas tres décadas. En 2010, la región sudamericana ha sido la zona del mundo donde más se han incrementado los gatos militares. Brasil lidera la marcha con un total de 33.500 millones de dólares invertidos en esa área, mientras que el total de la región ascendió a 63.300, por lo que el gigante sudamericano carga prácticamente con la mitad.

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