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Coetus

La música española posee grandes tesoros escondidos que merecen mucha más promoción, mejor suerte y, especialmente, una política cultural distinta. Uno de ellos es Coetus. La música española posee grandes tesoros escondidos que merecen mucha más promoción, mejor suerte y, especialmente, una política cultural distinta. Uno de ellos es Coetus.

El grupo de percusión ibérica fundado y dirigido por el gran Aleix Tobías, uno de los percusionistas de Eliseo Parra, es una verdadera joya que merece abarrotar estadios y que, de momento, se conforma con ser una de las bandas de culto más imprescindibles del país.

Coetus ha colaborado, por supuesto, con Elíseo y también con otras luminarias más recientes como Silvia Pérez Cruz.

Pero estas compañías son lo de menos. Lo de más es que no hay nadie como ellos en España. Y, casi me atrevería a decir, que tampoco en el mundo.

Un poco en la línea de su mentor, los chicos y chicas de Tobías le dan otra vuelta de tuerca a la presentación de la música popular española y modernizan el folk ibérico, proporcionándole una energía y una frescura vitales.

Son catalanes pero seleccionan música de cualquier rincón del Estado español. Viejas canciones de siempre que se resisten a ser arrinconadas.

Desde jotas a folías, sin olvidarse de las seguidillas o las sevillanas corraleras de Lebrija que, por cierto, son el antecedente remoto del rap que todos los practicantes hispanos de este estilo deberían conocer.

Coetus ha hecho más grande el amplio legado del ‘folk’ español y demuestra en cada concierto que cuando la música se hace con cuidado, cariño y elegancia siempre supera el paso del tiempo.

De hecho, hoy por hoy, su propuesta es quizá la más ‘moderna’ que los buscadores de emociones fuertes pueden encontrar. Y si no me creen acérquense a cualquier concierto de esta banda. Repetirán. Seguro.

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