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Bruselas rescata la tasa Robin Hood para lavar la imagen de la UE

Los asesores de la Comisión Europea han obligado al presidente Durao Barroso a tomar hoy la iniciativa en una peculiar campaña de lavado de imagen que quizá llegue demasiado tarde. Los asesores de la Comisión Europea han obligado al presidente Durao Barroso a tomar hoy la iniciativa en una peculiar campaña de lavado de imagen que quizá llegue demasiado tarde.

Su baza principal, sacar del desván la vieja idea, mil veces prometida y mil veces olvidada, del impuesto a bancos y ‘brokers’ conocido como tasa Tobin o tasa Robin Hood, que gravaría las operaciones transnacionales de los bancos domiciliados en el viejo continente.

El problema es que el anuncio quizá llega tarde y, lo que es peor aún, surge sin un calendario ni plazos concretos para su puesta en marcha. Lo único que Durao ha explicado hoy es que, más o menos en otoño, la Comisión presentará las primeras propuestas relacionadas con esta iniciativa. El problema es que no es la primera vez que desde Bruselas se anuncian iniciativas rimbombantes como está.

Por ejemplo, una iniciativa destinada a regular la actividad la actividad de las agencias de rating que no ha llegado a aprobarse u otras, del mismo tipo, con las que se iba a regular la actividad de los ‘hedge funds’, cuya acción descontrolada estuvo en el origen de la crisis.

Quizá por estas promesas sin cumplir el discurso de Durao a vuelto a sonar a demasiado poco, a cambio de tanto, según algunas opiniones que podían leerse poco después del anuncio en ciertos blogs críticos.

No obstante, Durao confía tanto en la iniciativa que incluso ha llegado a decir que cuando se normalice el funcionamiento de la tasa podría servir para que Europa financiará, en solitario, programas de ayuda o emergencia con el que ahora necesitaría Grecía.

Siempre, según Durao, la tasa ‘Robin Hood’ servirá para complicar un poco los movimientos de los especuladores financieros. Y también para que los bancos y los brokers ‘paguen’ como los demás los gastos acarreados por la crisis que sacude el mundo desde hace ya más de cuatro años.

La recaudación del impuesto, que debería implantarse de modo homogéneo en las 27 naciones de la UE, serviría, además, para que aumentarán los ingresos de unos estados golpeados por la necesidad de recortar el déficit en plena recesión económica.

Lo malo es que, hay serias dudas de que países como Reino Unido, Holanda o Irlanda vayan a sumarse a una iniciativa que atentaría contra la ‘soberanía fiscal’ que defienden.

En otro movimiento tan simbólico como, quizá poco útil, Barroso ha propuesto también liberar 1.000 millones de euros de los Fondos Estructurales para financiar un plan de emergencia que sirva para que la economía Griega vuelva a crecer.

El guiño a Papandreu se producía pocas horas antes de que el político griego se sometiera a una decisiva votación de confianza.

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