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Gracias a una amnistía fiscal consigue un superávit primario en octubre, pero la actividad económica se deteriora aún más

Brasil reduce su déficit, mientras prolonga su recesión

Bandera de Brasil

Gracias a una amnistía fiscal consigue un superávit primario en octubre, pero la actividad económica se deteriora aún más En un camino que resulta familiar al seguido por el viejo continente durante los últimos años, el actual Gobierno brasileño de Michel Temer ha optado por priorizar la reducción del déficit público como su principal medida económica. Un objetivo que está cumpliendo, aunque quizá a un precio demasiado alto.

Así, la actividad económica del mayor país de latinoamérica continúa deprimida, pese a que el Gobierno consiguiese en octubre reducir a la mitad el enorme déficit que acumulaba hasta septiembre. Según un informe de su Banco Central, Brasil incluso ha logrado registrar en octubre un superávit fiscal primario «récord».

Pero no lo ha hecho a través de la mejora de los ‘fundamentales’, sino de una medida tan extraordinaria como la amnistía que el Gobierno concedió a los inversores que repatriaron capitales no declarados y que permitió repatriar 169.900 millones de reales (unos 49.970,6 millones de dólares) de cerca de 25.000 contribuyentes que legalizaron activos mediante el pago de una multa del 30 % del valor ingresado.

Con ello, las cuentas públicas registraron en octubre un superávit fiscal primario de 39.589 millones de reales (unos 11.643,8 millones de dólares), el mayor desde diciembre de 2001.

De esta forma, el superávit de octubre ha permitido que el déficit fiscal primario acumulado en los diez primeros meses del año baje a los 45.912 millones de reales (unos 13.503 millones de dólares), casi la mitad del déficit récord que Brasil había acumulado entre enero y septiembre (85.501 millones de reales o 25.147 millones de dólares).

Pero debido al carácter extraordinario de esta medida habrá que estar pendiente a su evolución en este mes de novimebre, ya que todavía en septiembre de este año, Brasil tuvo un déficit de 26.643 millones de reales (unos 7.836,2 millones de dólares).

De hecho, Temer ya ha propuesto al Congreso un severo ajuste fiscal para superar el déficit que tiene como base una congelación de los gastos públicos por veinte años mediante la limitación del aumento de los gastos a la tasa de inflación del año anterior. Una medida ya fue aprobada por la Cámara de Diputados, pero que aún depende del visto bueno del Senado y ha levantado una fuerte contestación social.

Existe el temor a que dicha medida sea en gran parte un pretexto para poner fin a los avances sociales logrados por los Gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) que fue desalojado del poder mediente el discutido y polémico proceso de ‘impeachment’ de la Presidenta electa Dilma Rousseff.

Además, en un contexto actual, un panorama de recortes podría suponer un nuevo impacto sobre la economía al suponer un recorte de la demanda interna. Y, también según el propio banco central brasileño, el país carioca ya sufrirá este año una contracción del 3,49%.

Una cifra que implica que los analistas han empeorado sus perspectivas para el Producto Interior Bruto (PIB) brasileño en 2016 con respecto a la semana pasada, cuando establecieron que la economía del gigante sudamericano tendría una reducción del 3,40%.

Además, la tendencia del mercado a medida que se acerca el final de año se agrava, ya que hace cuatro semanas la previsión era de un retroceso del 3,30 %.

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