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Brasil busca un cambio de imagen con las redadas de Río

La ciudad de Río de Janeiro, Brasil, se prepara para acoger el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. La ciudad, conocida principalmente por el carnaval, el turismo y las favelas, ha configurado la imagen del país en el mundo. Las últimas redadas masivas en una de las barriadas más peligrosas de Río, la de Alemao, pretende modificar esa imagen, situar a Brasil en el lugar en que la economía le ha colocado, como uno de los países emergentes y el motor de América Latina. La ciudad de Río de Janeiro, Brasil, se prepara para acoger el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. La ciudad, conocida principalmente por el carnaval, el turismo y las favelas, ha configurado la imagen del país en el mundo. Las últimas redadas masivas en una de las barriadas más peligrosas de Río, la de Alemao, pretende modificar esa imagen, situar a Brasil en el lugar en que la economía le ha colocado, como uno de los países emergentes y el motor de América Latina.

Los últimos datos, facilitados por Reuters, hablan de 46 fallecidos a causa de la incursión policial en la favela de Alemao, una de las más peligrosas de la ciudad de Rio de Janeiro. Durante años, estas favelas han simbolizado y aun hoy lo hacen, por medio de películas mundialmente conocidas como “Ciudad de Dios”, parte de la imagen creada de Brasil. Sin embargo, esta no es la idea que un país que se ha convertido en una potencia económica desea difundir de sí mismo.

La presidencia de Lula da Silva, que finaliza ahora, ha promovido cambios de suma importancia en la sociedad brasileña. Una clase media creciente, la buena marcha de la economía, el crecimiento sostenido de su importancia en el mundo y, gracias a ese halo del presidente que ha hecho creer a los brasileños que todo es posible, convertirse en centro del mundo deportivo con el Mundial de Futbol y los Juegos Olímpicos.

En el área económica, pocos dudan de que Brasil ira modificando su imagen a medida que sus logros económicos vayan repercutiendo, como ya lo hacen, en la sociedad. Sin embargo, fuera de este ámbito especializado, el retrato de Brasil continúa siendo el de favelas controladas por narcotraficantes, playas y Carnaval. Las dudas sobre la inseguridad que puede vivirse durante la celebración de los dos acontecimientos deportivos más importantes del mundo, ha sido una de las críticas predominantes entre los que dudan de la candidatura brasileña.

Cuando la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, asegura estar a favor de la incursión policial en la favela de Alemao, está diciendo que Brasil ha cambiado. Cuando se anuncia que otras favelas están en el punto de mira del ejército y la policía, se está apostando por un cambio de imagen. Cuando el jefe policial asegura que el Estado brasileño es capaz de llevar a cabo esta labor, está diciendo que el país esta preparado para organizar sin problemas las dos citas deportivas.

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