«En Palacio Nacional, nos reunimos con Roberto Sifón-Arévalo, director general y líder global de Calificaciones Soberanas en S&P Global Ratings, y su equipo, para conversar sobre nuestra visión del desarrollo y las finanzas de México», publicó la jefa de Estado en su cuenta de la red social X.
La mandataria publicó el mensaje con una fotografía en la que aparece el titular de la cartera de Hacienda y Crédito Público, encargado de las finanzas públicas del Gobierno, en un salón de la sede del Ejecutivo federal.
Las tres principales agencias de riesgo financiero, S&P, Moody’s, y Fitch están muy preocupadas por los nubarrones que atravesará la segunda economía latinoamericana.
Moody’s rebajó de 1,3 a un 0,6 por ciento su pronóstico de crecimiento de la economía de México para 2025, cerca del estancamiento.
Por su parte, S&P la redujo de un 1,5 por ciento estimado en septiembre a 1,2 por ciento, tras el anuncio del ganador de las elecciones de EEUU, Donald Trump, de imponer aranceles del 25 por ciento a todos los productos mexicanos si no cesa la migración irregular y el narcotráfico.
La calificación actual otorgada por esa firma con sede en Nueva York es de Tripe B, con perspectiva estable, dos escalones arriba del grado de inversión, muy observado por los mercados financieros.
Otros países que están en esa misma calificación son Grecia, Hungría, Indonesia, India, Panamá, Perú y Filipinas.
Por su parte, la firma financiera Moody’s coloca a la endeudada compañía estatal Petróleos Mexicanos en «riesgo crediticio», en todos los posibles escenarios que se adopten bajo el Gobierno de Sheinbaum, y cambió la perspectiva de la economía mexicana de «de estable a negativa».
La semana antepasada, la presidenta se reunió con la directora ejecutiva en Fitch Ratings, Shelly Shetty, quien es la analista de bonos soberanos de las economías de América Latina.
En esa ocasión analizaron el desempeño de la segunda economía latinoamericana, las finanzas públicas y sus planes de desarrollo.
S&P señala que la política de inmigración de EEUU, con posibles deportaciones masivas, podría «influir en los cambios propuestos en la política de comercio y debilitar la inversión y las remesas», procedentes de ese país.
«La inversión fija será más débil de lo que habíamos previsto anteriormente», afirma la calificadora de riesgo financiero.
Esa firma espera que la economía tenga una ligera recuperación en 2026 y el 2027, con un avance modesto de 1,9 y 2,2 por ciento, respectivamente, que aún sería un avance débil.
El banco central de México anticipa que la economía nacional conseguirá un crecimiento de apenas un 1,2 por ciento en 2025, en el primer año del sexenio de Sheinbaum.