En un acto celebrado en Goiana, estado de Pernambuco, Lula afirmó que «en este país hay leyes y valen también para los extranjeros» y defendió que la iniciativa busca impedir «la locura que hacen con niños y adolescentes», citando la pedofilia, la estimulación del odio y la difusión masiva de mentiras. Según el presidente, este tipo de contenidos pone en riesgo la democracia y exige una respuesta regulatoria.
Fuentes oficiales adelantan que el texto incluirá sanciones más severas contra las redes sociales que se nieguen a retirar contenidos considerados especialmente nocivos por la Justicia. Las multas y suspensiones temporales ya aplicadas a empresas que incumplieron órdenes judiciales han generado roces con las tecnológicas y con la Casa Blanca.
Trump ya advirtió sobre las dificultades que las plataformas de internet enfrentan para operar en Brasil, después de sanciones y bloqueos a compañías sin representación legal o que se negaron a eliminar publicaciones.
El expresidente de EEUU elevó el tono incluso al anunciar aranceles adicionales del 50% a parte de las importaciones brasileñas, alegando una “persecución política” contra Jair Bolsonaro
Aranceles y acusaciones cruzadas
Lula calificó de “insensatez” la reacción de Trump y reiteró que el proceso contra Bolsonaro se desarrolla con todas las garantías jurídicas. El expresidente ultraderechista está acusado de golpismo por un intento de golpe de Estado, revelado —según Lula— por sus propios colaboradores.
En cuanto a la disputa comercial, el mandatario brasileño subrayó que Brasil está dispuesto a negociar los aranceles, pero únicamente sobre bases «estrictamente comerciales» y sin injerencias políticas.
“La política no puede definir el comercio entre países, y mucho menos cuando hay un intento de presión por procesos judiciales internos”, dijo Lula, dejando claro que no cederá a condicionamientos externos.