Juan Ignacio Latorre ocupa el cargo de Senador de Chile por la Región de Valparaíso dentro de la formación Revolución Democrática, incluida en el paraguas del Frente Amplio. Latorre ha acudido a la Cumbre Mundial del Clima de Madrid para asistir a varios encuentros y constatar que los cambios «son insuficientes».
Una de las mayores esperanzas del senador es el movimiento que han iniciado los jóvenes (Fridays for Future) y que confía en que revierta el modelo productivo de Chile.
¿Ha tenido la sensación en Ifema de que Chile preside esta Cumbre?
Chile tuvo la COP porque Brasil no la quiso. Fue una oportunidad de marketing para el Gobierno chileno de Sebastián Piñera de vender una imagen de un presidente preocupado por el medioambiente y la sostenibilidad. Claro, con la crisis social que vive Chile la celebración ahí no era sostenible.
En general, la realidad es que mucho liderazgo Chile no tiene en esto.
Durante estos días me he cruzado en Ifema con representantes chilenos que me comentaban que Chile había perdido una gran oportunidad de dar visibilidad en su país a debates como las privatizaciones y su influencia en el cambio climático.
Claramente ha perdido una gran oportunidad. Chile necesita un cambio en su modelo de desarrollo y la COP era una oportunidad de abrir ese debate en Chile.
En los temas de agua, por ejemplo, Chile es uno de los países más vulnerables al cambio climático. La sequía, el modelo agroexportador, la minería intensiva, los glaciares que se derriten…
Coincide qué el país tiene el agua privatizada. ¿Cuál es la consecuencia de privatizar el agua?
La Constitución, de hecho, consagra el derecho al aprovechamiento privado del agua. Luego se privatizaron también las empresas sanitarias, las empresas de agua potable, principalmente en zonas urbanas. Ahí hay capital extranjero.
Las consecuencias directas son que las grandes empresas mineras, forestales y agroexportadoras concentran los derechos de agua y se ha generado un mercado de especulación sobre esos derechos.
Al mismo tiempo, hay una sobreexplotación de las cuencas y ríos para fines productivos. El consumo humano y las necesidades de pequeñas familias campesina quedan, por tanto, subordinadas al sistema productivo y a los deseos de los grandes empresarios.
¿Hay algún ejemplo concreto?
En la Región de Valparaíso hay grandes extensiones de aguacate. Colinas repletas de plantaciones de aguacate. Son árboles que consumen mucho agua y son básicamente empresarios que exportan esta fruta a EEUU o a Europa.
Esos empresarios tienen a su vez los derechos de las cuencas de agua y, por tanto, tienen para regar sus plantaciones. Los campesinos que están al lado de estas grandes empresas, por el contrario, no tienen agua.
En el sur, comunidades mapuches han sido desplazadas de sus hogares por la expansión de la industria forestal y las plantaciones de pino y eucalipto, que son especies exóticas que requieren mucho agua y que dejan sin ella a las comunidades del entorno.
¿La privatización del agua hace más ‘competitivo’ el mercado o provoca el encarecimiento del agua?
Chile es de los países de América Latina con la tarifa de agua más cara. Son empresas monopolísticas, además, con poca supervisión.
En el sur, en una ciudad llamada Osorno, un fallo humano sucedido en una filial de Endesa dejó a la ciudad sin agua durante una semana. Es una empresa que supuestamente es eficiente y que dejó a cientos de miles de ciudadanos sin agua.
Supongo que recibió una sanción severa por ello.
Las multas a las que se enfrenta son muy bajas, porque ha habido una lógica de corrupción en cierto sentido, porque esta empresa también financia campañas políticas. En general, estas empresas se enfrentan a multas muy bajas cuando son sancionadas.
Es un negocio redondo. Un mal servicio, caro y con fallos de este tipo.
¿Hay alguna empresa española en Chile en este sector?
Endesa está en Chile con la energía. De hecho, las primeras privatizaciones en Chile fueron a parar a empresas españolas.
La crisis de Osorno que tuvo a su población sin agua potable durante 11 días es de ESSAL S.A., que es una filial de Aguas Andinas (perteneciente al grupo SUEZ-AGBAR).
¿Sirven de algo estas Cumbres?
La negociación técnica algo avanza. Se van generando ciertos consensos. Es un mínimo y es mejor que exista que no exista. Lo más interesante posiblemente sea lo que rodea a esas cumbres, los movimientos sociales, etc.
En cualquier caso, frente al desafío que tenemos, es insuficiente. La COP está rodeada de un capitalismo verde que puede decir que todo cambie para que nada lo haga.
Lo más emocionante son movimientos como Fridays for Future, el impulso de la juventud.