«Nunca hubo un episodio documentado de fraude en las elecciones», remarca un texto que lleva la firma del actual presidente del TSE, Luis Roberto Barroso, y del vicepresidente, Edson Fachin, ambos también magistrados del Tribunal Supremo.
«Las elecciones libres, seguras y limpias son el núcleo de la democracia. En Brasil, el Congreso Nacional, a través de su propia legislación, y el TSE, como organizador de las elecciones, lograron eliminar un pasado de fraude electoral que marcó la historia de Brasil», subraya esta veintena de magistrados.
La reacción del TSE tiene lugar días después de que el presidente Bolsonaro arremetiera nuevamente contra la legitimidad de las máquinas electrónicas de votación, aunque en aquella ocasión aseguró que no disponía de pruebas, pero sí de pistas «pistas» y de una «fuerte sospecha».
«Desde 1996, cuando se implementó el sistema de votación electrónica, nunca se ha documentado ningún episodio de fraude en las elecciones. Durante este período, el TSE ya ha sido presidido por 15 ministros del Tribunal Supremo Federal. A lo largo de sus 25 años de existencia, la máquina de votación electrónica ha pasado por sucesivos procesos de modernización y mejora», recuerda.
Coincidiendo con la rehabilitación política del expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva en abril, Bolsonaro está intentando crear un ambiente de sospecha de cara a las presidenciales previstas para octubre de 2022, sabedor de que se encuentra por detrás en las encuestas con respecto al líder del Partido de los Trabajadores (PT), quien se impondría incluso en primera vuelta.
Bolsonaro ha centrado sus ataques hacia las máquinas de votación electrónica, presionando para lograr que solo a través del voto impreso se puede ejercer el derecho a acudir las urnas. Sin embargo, tal y como sostiene el TSE, este «no es un mecanismo de auditoría adecuado, (…) por ser menos seguro» y «los riesgos derivados de la manipulación humana y el incumplimiento de la confidencialidad».
«El escrutinio público manual de unos 150 millones de votos significará un regreso a la época de los colegios electorales, escenario de fraude generalizado que marcó la historia de Brasil», reza el texto, quien recuerda a Bolsonaro y a sus aliados que «las máquinas de votación electrónica se pueden auditar en todas las etapas del proceso», a diferencia de lo que ellos predican.
«Todos los pasos, desde la preparación del programa hasta la difusión de los resultados, pueden ser monitoreados por los partidos políticos, la Fiscalía General, el Colegio de Abogados de Brasil, la Policía Federal, universidades y otros organismos que están invitados. También es importante señalar que las máquinas de votación electrónica no están conectadas en red y no se puede acceder a ellas de forma remota», señala.
El TSE ha estado desmintiendo en los últimos días cada una de las aseveraciones que Bolsonaro fue lanzado el jueves pasado durante un directo a través de sus redes sociales. Algunos responsables del máximo organismo electoral brasileño creen que «no es suficiente para frenar estos ataques», por lo que no descartan acciones penales contra el presidente y sus colaboradores si continúan sus acometidas.
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