«Tenemos convenios ya firmados, por ejemplo, con Tecpetrol, Citic otra empresa china, con Geolic Actaris y EAU Lithium, y queda todavía un camino largo con la firma de contratos», explicó Pérez.
La estatal YLB ya firmó convenios con estas empresas en diciembre de 2024 para ponga a prueba su tecnología de extracción de litio en los salares de Coipasa, Pastos Grandes y Empexa, en los departamentos de Oruro (suroeste) y Potosí (sur).
Bolivia ya firmó dos contratos de producción de carbonato de litio, la primera con la empresa rusa Uranium One Group y la segunda con la entidad china CBC, que están pendientes de la aprobación por el Congreso Boliviano.
«Todo el desarrollo del modelo de negocios estaría en pausa y, en vilo, esperando cuál es el resultado en la Asamblea Legislativa y si podemos ponernos de acuerdo entre bolivianos en este negocio estratégico, que supera cualquier protagonismo político», dijo.
El ejecutivo de YLB también hizo notar que los plazos para la industrialización requieren tiempo, por lo que urge aprobar los contratos.
«Hablamos de plazos de tiempo largos, por ejemplo, de tres años para la construcción de la planta industrial y estudios, otros tres de estabilización y 30 años de operaciones en el caso de la empresa china», indicó.
Con reservas de litio de 23 millones de toneladas en salares en Potosí, según el Servicio Geológico de EEUU, Bolivia forma parte del parte del «Triángulo del Litio» en Sudamérica junto a Argentina (19 millones de toneladas) y Chile (nueve millones de toneladas), que concentran en conjunto las mayores reservas del mundo.