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Opinión - América en foco...

El sur también existe

Mauricio Macri y Jair Bolsonaro

Agiles de cintura Macri y Bolsonaro advirtieron que compartían el espacio y momento único entendiendo que podían sentar las bases de una estrategia geopolítica común para ambas naciones.

Vientos fuertes del sur se avecinan, Cumbre de Brasilia, a contramano de lo que se esperaba, tanto Macri como el anfitrión, Bolsonaro, unificaron criterios a la velocidad de la luz, por lo que estamos a las puertas de abrir un capítulo inédito en las relaciones diplomáticas entre Argentina y Brasil. El presidente argentino inició su primera gira del año con mínimas expectativas, teniendo en claro que Bolsonaro desacreditaba la importancia del Mercosur, asumiendo la estrategia poco democrática a efectos de resolver la crisis de Venezuela. Bolsonaro, consideraba que Macri apuntaba cañones a su estrategia internacional mientras que Argentina puertas adentro insistía fuertemente con un programa económico que afectaría su posibilidad de reelección. Ante este marco de situación, la mayoría apostaba a que la Cumbre de Brasilia, concluyera con un comunicado liviano, para la galería, incoloro, insípido, con frases de manual, sin embargo, los milagros existen, Macri y Bolsonaro asumieron que componían la misma música, y así a la rápidamente unieron criterios y como mejor muestra diseñaron una estrategia geopolítica que en cercano futuro llegaría a influir en el orden global.

Agiles de cintura Macri y Bolsonaro advirtieron que compartían el espacio y momento único entendiendo que podían sentar las bases de una estrategia geopolítica común para ambas naciones. Vale convenir que la totalidad de ministros y secretarios argentinos que participaron de las seis reuniones oficiales, coincidieron frente al presidente argentino, que sus pares brasileños le transmitieron su beneplácito e intenciones políticas a efectos de alcanzar los acuerdos estratégicos pertinentes, que indudablemente, motorizan la relación bilateral, están relacionados a la seguridad de las fronteras, el terrorismo, la colaboración judicial, la lucha contra el narcotráfico y el lavado de activos, la flexibilidad del Mercosur, el intercambio comercial, la cooperación en materia satelital y nuclear y la participación conjunta en misiones de paz ordenadas por Naciones Unidas.

Como para muestra vale un botón, Bolsonaro está convencido que el Mercosur es una construcción ideológica apoyada en una estructura jurídica que atrasa décadas. Macri comparte la posición de Bolsonaro, lamentablemente proponía, en soledad, cambios profundos al funcionamiento del Mercosur. Al momento, ambos jefes de Estado con relevante mayor peso político, como socios más involucrados, promoverán una incipiente lógica  legal y económica del bloque que beneficie a sus cuatro socios -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay-. El presidente Macri afirmó que ?hay una profunda coincidencia en acelerar la integración del Bloque, y abrirlo teniendo como agenda inmediata que se plasme lo que se ha logrado avanzar con la UE, y luego direccionar la popa a nuevos horizontes?.

Ambos mandatarios intentaran abordar al mundo, con el objetivo principal de abrir mercados, y un tema candente, reducir aranceles para las exportaciones, una deuda pendiente que el Bloque no ha pagado.

La predisposición de Bolsonaro respecto al Mercosur no terminó sólo en el capítulo modernización y reacomodamiento. El presidente argentino sumó un punto a favor, logrando que su par diera el visto bueno en la negociación con la UE, situación que ya lleva ni maás ni menos que veinte años de idas y vueltas. Sin dudas, que un acuerdo con la UE, beneficia al Mercosur y a las economías propias de sus cuatro integrantes. Tomando cartas en el asunto ambos presidentes se verán nuevamente las caras, Macri confirmo que su par visitará Argentina en abril, como tema prioritario acelerar la apertura del Mercosur, además en la agenda inmediata, imprimir velocidad y certezas al acuerdo con la UE, y en un futuro próximo con la EFTA Asociación Europea de Libre Comercio y luego con Canadá.

La unidad de concepto geopolítico logrado por Macri y Bolsonaro en su primera reunión -a ratificar con el correr del tiempo-, incluyó la situación institucional de Venezuela. Macri, impulsó las decisiones diplomáticas multilaterales direccionadas a lograr una salida pacífica de Nicolás Maduro, a pesar de las evidentes presiones de la Casa Blanca.

A priori, Bolsonaro mostraba acciones que lo alineaban a Donald Trump y su reconocida tendencia en resolver las diferencias golpeando la mesa. Sin embargo, el presidente de Brasil volvió a sorprender a su colega argentino: se mostró enfocado en respaldar las decisiones pacíficas que tome la sociedad venezolana a efectos de enfrentar políticamente al actual régimen. Bajándolo a papel, el Planalto acompañará a la Casa Rosada en su ofensiva diplomática contra Maduro.

Macri y Bolsonaro abrieron un capítulo histórico en las relaciones bilaterales, comprometiéndose a revitalizar el espacio común del Mercosur, apostar a un crecimiento geométrico en sus relaciones bilaterales, y además, en una jugada por demás excluyente, en la de actuar como un bloque granítico en la medida que el orden global lo determine.

Menudo desafío afrontaran a partir de este momento, como dicen los que saben, el que no arriesga, no gana, y no dudamos que Argentina y Brasil apostaran todo a ganador.

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