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Los Crema Paraíso

La historia es como sigue. Tres músicos venezolanos, residentes en Nueva York y curtidos en el uso y abuso del rocanrol clásico, deciden formar un grupo instrumental con formato de trío de ritmo básico (guitarra-bajo-batería). Y se bautizan como Los Crema Paraíso. La historia es como sigue. Tres músicos venezolanos, residentes en Nueva York y curtidos en el uso y abuso del rocanrol clásico, deciden formar un grupo instrumental con formato de trío de ritmo básico (guitarra-bajo-batería). Y se bautizan como Los Crema Paraíso.

Es el nombre de una heladería de Caracas que solían visitar en su infancia, allá por la década de los setenta del pasado siglo. Una denominación en consonancia con la determinación adoptada por la banda de recurrir a los ritmos tradicionales venezolanos como base generadora de su aventura musical.

Con esa idea en mente, Neil Ochoa a la batería, Bambam Rodríguez al bajo y José Luis Pardo a la guitarra empezaron a vitaminar sus elucubraciones con viejas músicas costeras de su país, valses y joropos. Y hasta se atrevieron a pasar por la batidora algunos éxitos de bandas anglosajonas tan dispares como Pink Floyd o Depeche Mode.

Y el resultado es francamente bueno. Tanto como para que hayan conseguido abrirse camino en la escena musical neoyorquina, tan competitiva y superpoblada. Gracias también, según aseguran testigos presenciales, a la consistencia de sus frecuentes directos.

Pulcros como The Shadows e imaginativos como Los Coronas o los primeros Pekenikes, los Crema Paraíso devuelven al rock latino una fórmula que dio muchos frutos positivos en el pasado. Y la sitúan en el siglo XXI devolviéndole la vigencia que necesitaba.

Temas cortos, divertidos, bailables y con un pulso evidentemente rockero y, a veces, psicodélico, que van mucho más allá de la simple anécdota. De momento tienen dos discos excelentes, ‘El Début’ y ‘De Película’. Sobra decir que recomendamos fervientemente su escucha.

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