Si hace unos días el presidente de Uruguay, José Mujica, se molestaba por el recurrente debate sobre el asilo a los presos de Guantánamo, el pasado jueves aseguraba que la posibilidad quedará bloqueada hasta después de las elecciones presidenciales del 26 de octubre. Si hace unos días el presidente de Uruguay, José Mujica, se molestaba por el recurrente debate sobre el asilo a los presos de Guantánamo, el pasado jueves aseguraba que la posibilidad quedará bloqueada hasta después de las elecciones presidenciales del 26 de octubre.
Así lo ha asegurado el mandatario en un acto público, en el que también ha anunciado que debe tenerse en cuenta la opinión del nuevo Gobierno. El diario español El País ha asegurado que la delicada situación en la que se encuentra el Frente Amplio (FA) al que pertenece Mujica por las presiones de la oposición contra el traslado de los presos han hecho al presidente hacer semejante declaración.
En concreto, el mandatario ha señalado que será necesario ver que opina el Gobierno que saldrá de las urnas el día 26. Igualmente, en su opinión, “un presidente no es un rey. No hace lo que se le ocurre”.
Cabe señalar que el debate sobre los presos de Guantánamo lleva incendiando la campaña desde la semana pasada. Tal ha sido el caso, que el mandatario acabó por estallar y calificar a los dirigentes del opositor Partido Nacional de “almas podridas y cobardes”.
Estas palabras se debieron a que el candidato a la presidencia por el Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, anunció que se oponía a recibir a los presos de la base, lo que coincidió con que las encuestas que anunciaban un empate técnico entre este y el FA.
Este intercambio de opiniones ocurría mientras EEUU presionaba para que los presos fueran trasladados cuanto antes. Todo apunta, en cualquier caso que si el Frente Amplio gana las elecciones habrá traslado, mientras que si lo hace el Partido Nacional lo más probable es que no.
En otro orden de cosas, Uruguay recibió ayer a un grupo de 43 refugiados de la guerra de Siria. El país presidido por José Mujica es el primero de América Latina que ha respondida al llamamiento de la Organización de Naciones Unidas (PNU) para acoger refugiados en su territorio.
La respuesta de la población ha sido muy solidaria, pues han instalado a estas familias en Uruguay y les han ofrecido trabajos, alojamiento, ropa y juguetes.
