La escasez de productos se apodera de Venezuela. En esta ocasión, le ha tocado el turno a las vacunas contra la gripe AH1N1, detectada en 22 de las 24 provincias del país sudamericano. Para evitar el recuerdo de 2.009, año en el que se convirtió esta enfermedad en pandemia, vecinos de un barrio de Caracas han buscado vacunarse en el Centro de Diagnóstico Integral (CDI), encontrándose con un cartel que rezaba: “No hay vacunas”. La escasez de productos se apodera de Venezuela. En esta ocasión, le ha tocado el turno a las vacunas contra la gripe AH1N1, detectada en 22 de las 24 provincias del país sudamericano. Para evitar el recuerdo de 2.009, año en el que se convirtió esta enfermedad en pandemia, vecinos de un barrio de Caracas han buscado vacunarse en el Centro de Diagnóstico Integral (CDI), encontrándose con un cartel que rezaba: “No hay vacunas”.
Para intentar calmar a la población venezolana, el Gobierno argumenta que no hace falta vacunarse, sólo hay que extremar la higiene de las manos y el uso del jabón antibacterial. Aunque no hay cifras oficiales, los medios de comunicación y especialistas estiman que han fallecido 22 personas a causa de esta enfermedad. Cifras que no quieren dar desde el Gobierno, como ya demostró el pasado miércoles la ministra de Salud, Isabel Iturria, en una entrevista. Al ser cuestionada por una periodista sobre esta gripe, Iturria dijo que “lo importante no son los casos diagnosticados sino la prevención”.
Esto discierne con lo dicho por el ex ministro de Salud Orihuela que comentó que la enfermedad no se erradicó en 2009, ya que sólo el 25% de la población de Venezuela recibió la vacuna contra la gripe AH1N1. “Aquí no tenemos ni la vacuna, ni los medicamentos, ni los reactivos para el diagnóstico. Todos son materiales importados. Como sucede en otras áreas, hay un retardo para liquidar las divisas con los proveedores. Hay cierto descuido en el mecanismo de contingencia por esa causa”, apuntó el que fuera ministro de Salud entre 1992 y 1993.
