El presidente brasileño Jair Bolsonaro desautorizó este miércoles a su ministro de Salud, Eduardo Pazuello, que ayer anunció un acuerdo con el gobierno del estado de São Paulo para comprar 46 millones de dosis de la vacuna contra el covid-19 desarrollada por el laboratorio chino Sinovac.
Bolsonaro desautorizó a su ministro y negó la compra a través de las redes sociales, respondiendo al comentario de un usuario de 17 años que pedía que el Gobierno no comprase la vacuna porque quería «tener un futuro, pero sin interferencia de la dictadura china», a lo que Bolsonaro respondió: «No será comprada».
Otro internauta acusó al ministro de Salud de traicionar al presidente al cerrar ese acuerdo de compra y dijo que Bolsonaro se equivocó de nuevo con alguien de su equipo: «Cualquier cosa publicada, sin comprobación, se convierte en traición», respondió Bolsonaro.
En otro comentario, una seguidora del presidente escribió que al parecer había en el ministerio un «Mandetta milico», en referencia al exministro de Salud Luiz Henrique Mandetta, que dejó el cargo en los primeros meses de la pandemia tras fuertes enfrentamientos públicos con Bolsonaro.
«Todo será aclarado hoy, tenga claro que no compraremos vacuna china, buenos días», respondió el presidente a ese último comentario.
El martes, el ministro Pazuello se reunió con todos los gobernadores de Brasil y anunció que «la vacuna del Butantan será la vacuna de Brasil» y que la campaña de vacunación podría empezar en enero.
Despejó así las dudas de las autoridades de São Paulo, que desde hace semanas pedían que el Gobierno se comprometiera financieramente y ayudara a comprar más dosis de la vacuna para inmunizar a todos los brasileños.
Bolsonaro ya había insinuado varias veces en público sus dudas sobre la eficacia y seguridad de la vacuna china, la última diciendo que el país debería aplicarla primero en su población antes de ofrecerla a otros países.
Las reticencias hacia la vacuna desarrollada por Sinovac tienen relación con la guerra ideológica que Bolsonaro y sus aliados traban contra China, principal rival de EEUU, país con el que el actual Gobierno brasileño se alió de forma preferencial.
Detrás de las críticas de Bolsonaro a la vacuna china también hay cuestiones internas; su principal impulsor en Brasil es el gobernador en São Paulo, João Doria, rival político con el que mantuvo fuertes enfrentamientos por su defensa de las restricciones a la movilidad social para atajar la expansión del virus.
En los últimos días, Bolsonaro y Doria también se enfrentaron públicamente por la obligatoriedad de la vacuna contra el covid-19; el gobernador de São Paulo dijo que será obligatoria, pero el presidente replicó que no obligará a nadie a vacunarse.
(Sputnik)
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