Los ‘otros’ ricos latinoamericanos también se mueven. Como han hecho esta semana los chilenos Guilisasti o los peruanos Brescia, que se han animado a cruzar fronteras. Casi todos los magnates del subcontinente quieren seguir los pasos del mexicano Carlos Slim y de los Luksic chilenos y negocian entre ellos cómo crecer en otros territorios, nunca demasiado alejados de sus países naturales. Es un paso previo para enfrentarse después al mundo. De momento, realizan pequeñas, pero estratégicas inversiones en zonas vecinas. Los ‘otros’ ricos latinoamericanos también se mueven. Como han hecho esta semana los chilenos Guilisasti o los peruanos Brescia, que se han animado a cruzar fronteras. Casi todos los magnates del subcontinente quieren seguir los pasos del mexicano Carlos Slim y de los Luksic chilenos y negocian entre ellos cómo crecer en otros territorios, nunca demasiado alejados de sus países naturales. Es un paso previo para enfrentarse después al mundo. De momento, realizan pequeñas, pero estratégicas inversiones en zonas vecinas.
Los ‘otros’ ricos latinoamericanos también se mueven. Como han hecho esta semana los chilenos Guilisasti o los peruanos Brescia, que se han animado a cruzar fronteras. Casi todos los magnates del subcontinente quieren seguir los pasos del mexicano Carlos Slim y de los Luksic chilenos y negocian entre ellos cómo crecer en otros territorios nunca demasiado alejados aún de sus territorios naturales. Es un paso previo para enfrentarse después al mundo. De momento, realizan pequeñas, pero estratégicas inversiones en sus países vecinos.
Como hemos explicado el principal referente es Carlos Slim, el hombre más rico del mundo. Pionero en todo. Hasta en convertir a Teléfonos de México y su filial América Móvil, en la primera ‘multilatina’ conocida. Aunque tuvo la visión de colocarse bien en el proceso de privatizaciones y hacerlo en solitario.
Otros no se atrevieron a tanto y por eso algunas de las grandes empresas públicas que se pusieron a la venta en la década de los noventa del pasado siglo, están hoy en manos de compañías españolas, por ejemplo. Pero nunca es tarde para montar un imperio multinacional si hay capital disponible y las nuevas generaciones familiares tienen un talante más ‘aventurero’ que sus ancestros.
Algunos expertos consultados por Americaeconomica.com opinan que estos movimientos de los ‘alumnos’ de Carlos Slim constituyen una nueva tendencia. Esta semana, algunas de las grandes familias latinoamericanas han iniciado tímidos movimientos en la región como el que han llevado a cabo los Brescia en la minería chilena.
Mario y Pedro Brescia propietarios del grupo peruano que lleva su nombre han decidido que su firma Cemento Melón, invierta 555 millones de dólares (401,99 millones de euros) en la extracción de cobre chileno. Aunque la cantidad no es comparable a las inversiones que realiza Luksic en Perú, supone un experimento interesante fuera de sus fronteras.
También esta semana, la familia chilena Guilisasti, con su viña Concha y Toro, ha dado el salto a EEUU, en una zona como California que les es próxima, con la compra de Fetzer Vineyards, la octava mayor productora de vinos del país. La transacción ha costado a la chilena 238 millones de dólares (172,38 millones de euros). Una adquisición que sitúa a su viña como la segunda más grande del mundo en tamaño.
Según los analistas consultados, invertir en la misma región es una transición natural para las empresas latinoamericanas. De hecho, como se ha visto estas semanas, los movimientos de las poderosas familias en la zona son cada vez más habituales.
Los expertos explican que estos peculiares empresarios eligen regiones en crecimiento, que ofrecen ciertas ventajas para la inversión, especialmente en la minería y la energía. Asimismo, América Latina cuenta cada vez más con gobiernos que realizan políticas económicas estables y un apoyan la llegada de inversión extranjera.
Estos son, entre otros, los motivos que han llevado a Slim a invertir en Colombia. Según los analistas, este país ofrece un marco amigable para los inversores con unos impuestos más reducidos para las empresas mineras y de hidrocarburos. Algo que en las pasadas semanas atrajo el interés del empresario mexicano, que ha decidido invertir en el país 23 millones de dólares (16,56 millones de euros)
A esto se suma, ahora, un mercado interno en expansión. Según una investigación sobre las perspectivas económicas de América Latina que ha elaborado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) hay una mayor clase media en la región que puede actuar como motor del consumo.