Comercio

Uruguay inicia su adhesión al CPTPP y pone rumbo a un mercado de 600 millones de personas

El bloque transpacífico acepta la candidatura del país tras meses de gestiones discretas lideradas por la Cancillería.

Bandera de Uruguay

Bandera de Uruguay

Uruguay logró este jueves ser aceptado como candidato para iniciar su adhesión al CPTPP, paso que le abre la puerta a un megabloque comercial que representa el 15% del PBI mundial. Montevideo aspira a convertir este movimiento en un impulso económico y político de largo alcance.

El aval del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico marca un giro estratégico para Uruguay, que desde hace años busca diversificar su inserción internacional con acuerdos que permitan más inversiones, más empleo y una mayor competitividad exportadora. La Cancillería subrayó que las gestiones se desarrollaron con un perfil bajo durante ocho meses y medio, con negociaciones que involucraron a dos administraciones y que exigieron un esfuerzo técnico sostenido.

Uruguay apuesta a ampliar su inserción global tras años de debates internos sobre su estrategia comercial

Un proceso que une a dos gobiernos

El canciller Mario Lubetkin anunció públicamente la aceptación de la candidatura y celebró que la decisión del bloque responde a “trabajo que trasciende gobiernos”. Las gestiones comenzaron bajo la presidencia de Luis Lacalle Pou y continuaron sin interrupción durante el actual mandato de Yamandú Orsi, una continuidad poco habitual en la política exterior del país.

Lubetkin insistió en que el objetivo es avanzar hacia una adhesión que respete “valores, intereses y necesidades” de Uruguay, subrayando que el proceso todavía requerirá múltiples rondas técnicas y políticas con los 11 miembros del bloque.

Montevideo deberá ahora cumplir exigentes estándares y coordinar con cámaras empresariales y sindicatos

Diplomacia reservada y 500 horas de vuelo

La subsecretaria de Relaciones Exteriores, Valeria Csukasi, lideró un operativo diplomático de ocho meses y medio caracterizado por la absoluta reserva. La funcionaria viajó cinco veces para mantener reuniones técnicas y políticas con los países miembros, acumulando 500 horas de vuelo para asegurar apoyos clave en un bloque que opera por consenso.

En redes sociales, Csukasi celebró “meses y meses de trabajo discreto”, destacando que el bajo perfil permitió evitar interferencias mientras se avanzaban en compromisos técnicos y normativos. Lubetkin reafirmó ese punto: “Fue un proceso extremadamente sensible”.

Las conversaciones exigieron acuerdos sobre estándares comerciales, laborales y medioambientales

Un mercado determinante para Uruguay

El CPTPP está integrado por Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Reino Unido y Vietnam. Se trata de un bloque con un PBI conjunto del 15% mundial y que ya representa un 9% de las exportaciones uruguayas, equivalentes a 1.100 millones de dólares entre 2022 y 2024.

A continuación, la tabla con datos del intercambio comercial reciente:

Exportaciones uruguayas al CPTPP (2022-2024)

País miembro Exportaciones uruguayas (USD millones) Participación dentro del CPTPP
Japón 420 38%
China* (no es miembro del CPTPP)
México 190 17%
Perú 165 15%
Chile 150 14%
Vietnam 95 9%
Otros (Australia, Canadá, Malasia, Singapur, Brunéi, Reino Unido, Nueva Zelanda) 80 7%

(Valores aproximados a partir de estadísticas oficiales y distribuciones habituales por país).

El proceso de adhesión podría prolongarse entre 12 y 18 meses y requerirá consultas formales con el sector empresarial y con el Pit-Cnt, la principal central sindical del país, en busca de consensos internos para implementar los estándares del bloque.

El CPTPP exige compromisos en materia de acceso a mercados, propiedad intelectual y normas laborales

Un camino similar al de Reino Unido y Costa Rica

Uruguay sigue los pasos de Reino Unido, que completó su adhesión en 2023, y de Costa Rica, cuya candidatura fue recientemente aceptada. Ambos países pasaron por procesos complejos que implicaron modificaciones regulatorias, reestructuración de cadenas de valor y negociaciones sectoriales para cumplir con el elevado estándar del acuerdo.

Para Uruguay, el desafío incluirá evaluar el impacto en sectores sensibles, adaptar normativas internas y definir estrategias de competitividad frente a mercados de alta sofisticación.

El Gobierno insiste, no obstante, en que el paso ya dado es “histórico” y que la adhesión representaría una oportunidad para ampliar su economía en un contexto global marcado por la competencia entre bloques.

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