En su último informe sobre las ‘Perspectivas Económicas Globales’ publicado este jueves, el FMI ha recortado la proyección de crecimiento a escala mundial hasta el 3,4%, desde el 3,7% estimado en abril. Latinoamérica no se ha librado de esta rebaja de las expectativas, y el descenso de las estimaciones de la región es aún mayor, cae del 2,5% al 2%. En su último informe sobre las ‘Perspectivas Económicas Globales’ publicado este jueves, el FMI ha recortado la proyección de crecimiento a escala mundial hasta el 3,4%, desde el 3,7% estimado en abril. Latinoamérica no se ha librado de esta rebaja de las expectativas, y el descenso de las estimaciones de la región es aún mayor, cae del 2,5% al 2%.
Medio punto porcentual que se debe en gran parte a la ralentización del avance del PIB en las dos principales economías de América Latina: Brasil y México.
En el caso de la potencia dirigida por Dilma Rousseff, las previsiones sufren un recorte hasta el 1,3% en 2014, frente al 1,9% pronosticado en abril; y al 2% en 2015, en comparación con el 2,6% estimado hace tres meses.
El organismo justifica su decisión en «las condiciones financieras más restrictivas, la continua debilidad de la confianza de las empresas y los consumidores están frenando la inversión y moderando el crecimiento del consumo», recoge el informe al que han tenido acceso Efe.
Por su parte, las proyecciones del FMI para México en este año descienden a un 2,4% frente a la estimación de crecimiento económico del 3% calculada en abril. En el caso de 2015, las previsiones se mantienen sin cambios en el 3,5%.
Esta ralentización, explican los técnicos del Fondo en su informe, “viene dada por el debilitamiento del sector de la construcción y la recuperación más lenta de lo previsto en EEUU”.
Pero además del recorte de las perspectivas en estos dos países, el organismo internacional apunta que la región se ve afectada por una demanda menor de la esperada de uno de sus principales socios comerciales, China, cuya economía también sufre una desaceleración.
Para el 2015, el FMI es más optimista con la economía Latinoamérica, aunque también ha revisado d la baja las proyecciones de crecimiento del PIB, en este caso del 3% al 2,6%, según se recoge en el informe.