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El BID alerta del riesgo de una desaceleración del crecimiento en América Latina

Problemas importados

América Latina aún crecerá por encima del 3% en 2012, pero los guarismos serán un poco menos brillantes que los cosechados en los últimos tiempos. Al menos según la visión de los expertos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que ha hecho pública hoy en Sao Paulo el presidente de la Institución, Luis Alberto Moreno que ha explicado también que, en este caso, los problemas llegan desde el exterior. América Latina aún crecerá por encima del 3% en 2012, pero los guarismos serán un poco menos brillantes que los cosechados en los últimos tiempos. Al menos según la visión de los expertos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que ha hecho pública hoy en Sao Paulo el presidente de la Institución, Luis Alberto Moreno que ha explicado también que, en este caso, los problemas llegan desde el exterior.

Moreno ha aguado un tanto la fiesta de los industriales brasileños que celebraban un congreso en la sede de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo, en la que el presidente del BID era uno de los invitados de honor.

Ante ese auditorio, el economista ha explicado que el organismo que dirige va a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento para la región este año que, sin embargo, aún mostraran un inusual vigor económico al situarse entre el 3,5% y el 4%.

El presidente del BID ha dejado claro, sin embargo, que, el problema, no es estrictamente propio. Gran parte de él proviene del recrudecimiento de la crisis internacional que va a pasar factura a todo el mundo en mayor o menor medida.

Sin embargo, eso no significa que la región no tenga todavía retos pendientes. Los hay, y muchos. En especial, aquellos relacionados con la desigualdad de las rentas que no se han resuelto aún, a pesar de la bonanza económica de los últimos tiempos.

Por ese motivo, la inversión en infraestructuras y proyectos de desarrollo aún es vital para la región. Y el BID quiere cumplir el papel que tiene asignado en la construcción del futuro.

Este año, la institución, según los datos aportados por su presidente, prestará cerca de 10.200 millones de dólares. Una cantidad que se elevará en los próximos periodos hasta alcanzar un promedio estimado de 12.000 millones durante la próxima década.

Todo para reducir, según Moreno, la brecha entre pobres y ricos que pone en peligro el crecimiento. El discurso del presidente del BID, quizá no por casualidad, se parece mucho al defendido en los últimos tiempos, por otros compañeros de las cúpulas de los organismos prestatarios supranacionales como el que expresó por ejemplo, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, que a finales de 2011 realizó sus primeras tomas de contacto con la región.

Durante aquella gira, Lagarde afirmó que era empíricamente demostrable que las economías que apuestan por una estrategia de crecimiento inclusivo y que distribuyen los beneficios de ese crecimiento entre un mayor número de personas generan modelos más sostenibles en el tiempo.

Con una advertencia añadida. Para Lagarde, las potencias de América Latina no deben reaccionar a la crisis con medidas proteccionistas que perjudiquen el comercio internacional. Al contrario. Sólo la reducción de aranceles puede asegurar el crecimiento.

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