La incertidumbre es cada vez más palpable entre las empresas españolas con intereses en Cuba, que ven como a pesar de las promesas, el dinero de sus negocios en la Isla sigue sin llegar. Ahora pretenden que el Comité Empresarial Hispano Cubano acelere unas negociaciones que ya puso en marcha el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en su última visita a La Habana. Al parecer, se habría ofrecido a las empresas que elaboren unas listas con sus actividades y el dinero que se les debe. El plan ha hecho recordar a muchos la promesa que hizo Raúl Castro sobre que Cuba iría pagando “caso por caso”. La propuesta no ha sido muy bien recibida entre algunos hombres de negocio que, por su puesto, quieren cobrar, pero no exponerse a que sus quejas acaben con su salida de la Isla. Algo que, según apuntan algunos portales de Internet, ya habría ocurrido con el empresario gallego Víctor Moro, presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba. La incertidumbre es cada vez más palpable entre las empresas españolas con intereses en Cuba, que ven como a pesar de las promesas, el dinero de sus negocios en la Isla sigue sin llegar. Ahora pretenden que el Comité Empresarial Hispano Cubano acelere unas negociaciones que ya puso en marcha el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en su última visita a La Habana. Al parecer, se habría ofrecido a las empresas que elaboren unas listas con sus actividades y el dinero que se les debe. El plan ha hecho recordar a muchos la promesa que hizo Raúl Castro sobre que Cuba iría pagando “caso por caso”. La propuesta no ha sido muy bien recibida entre algunos hombres de negocio que, por su puesto, quieren cobrar, pero no exponerse a que sus quejas acaben con su salida de la Isla. Algo que, según apuntan algunos portales de Internet, ya habría ocurrido con el empresario gallego Víctor Moro, presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba.
Moratinos es consciente de la delicada situación que tienen ante sí las cerca de 300 firmas nacionales que operan en Cuba, por lo que les ha pedido que elaboren una lista Con este telón de fondo, las empresas españolas han intentado esta semana dar un paso adelante para poner fin a las dificultades financieras que les está creando el retraso en los pagos por parte de las autoridades cubanas.
Fuentes consultadas aseguran que el próximo 15 de diciembre mandarán al Gobierno de Raúl Castro una fecha límite para celebrar la reunión del Comité Empresarial Hispano Cubano en La Habana, que este año no se ha celebrado precisamente por la tensión que han generado los impagos. La fecha entraría en la primera quincena de febrero. Pero Juan Arenas, presidente de las Sección española de este Comité que se ha reunido este fin de semana en Madrid, sigue guardando un discreto silencio al ser consultado sobre el asunto.
Los empresarios españoles presentes en este encuentro se quejaron de que, a pesar de las promesas, el dinero sigue sin llegar. Incluso algunos tenían esperanzas de que pasada la temporada de huracanes, que se ha saldado sin catástrofes, los pagos se desbloquearan, ya que supuestamente había un fondo de emergencia para prevenciones.
Muchos aseguran que los bancos presentes en la reunión se dieron un mus más que estupendo sobre la posibilidad de que sean ellos los que adelanten los pagos a estas empresas, tal y como se había rumoreado en las últimas semanas. Esta idea había sido impulsada por algunos bufetes de abogados presentes en la reunión, a la que también asistieron, además de los bancos con presencia en la Isla, representantes de firmas como Altadis o Repsol.
A pesar de todas las complicaciones, es cierto que durante el mes de octubre las autoridades cubanas sí han hecho frente a algunas de sus obligaciones financieras con ciertas compañías españolas. Más concretamente con aquellos suministradores de la corporación Gaviota, que dirigen las Fuerzas Armadas.
Ante la razonable crispación, Arenas propuso a los empresarios que elaborasen un informe detallando ciertos aspectos como sus actividades en la Isla, el dinero que se les debe. Unas listas que tal vez servirían para conseguir que Raúl Castro cumpla con lo que le prometió al ministro Miguel Ángel Moratinos, al que aseguró que pagaría, pero sólo caso por caso. La petición de Arenas fue rechazada de inmediato por las compañías españolas que, a pesar de querer cobrar, no quieren que el conflicto desemboque en una “salida obligada” del país caribeño, lo que sería mucho más perjudicial para sus negocios.
Y es que los rumores apuntan a que la intervención del ministro español ha provocado un efecto “nulo” entre las autoridades cubanas. Eso si se confirma lo que esta semana publicaban algunos blogs especializados, como el portal www.alanacubana1962.blogspot.com, asegurando que el Gobierno de Raúl Castro habría suspendido de todas sus actividades en la Isla al empresario gallego Víctor Moro.
Por lo que se cuenta en esta página, el Ejecutivo cubano habría pedido al también presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba que sacara todo su inventario y cerrara sus oficinas.
Este diario se ha puesto en contacto con la empresa de Moro en A Coruña, Vima World, en la que aseguran desconocer la noticia. Afirman que esta compañía es independiente de la que opera en Cuba. Lo que sí han podido confirmar es que, hasta el cierre de esta edición, el empresario español continuaba presidiendo la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba.
En círculos empresariales de Madrid ya se ha escuchado hablar sobre este tema, y según aseguran muchos hombres de negocios con intereses en Cuba, la posible causa de una suspensión de las actividades de Moro podría venir de unas palabras del empresario, al parecer bastante duras y críticas con el manejo de los impagos, durante la cena de clausura de la Feria de La Habana.
Según aseguran las fuentes consultadas, el empresario gallego se dirigió en esta cena a las autoridades cubanas con no muy buenas formas para exigirles que desbloqueen en el Banco Financiero Internacional cerca de 400 millones de dólares (unos 266 millones de euros) propiedad de las casi 300 sociedades españolas que operan en el país caribeño.
Lo que sí es cierto es que entre los empresarios que se encuentran en esta situación hay más gallegos implicados. El pasado 27 de noviembre el diario La Voz de Galicia publicaba un artículo en el que aseguraba que al menos 15 empresarios de esta comunidad se han visto atrapados en este corralito, que amenaza con prolongarse por tiempo indefinido.
En este diario se aseguraba que algunas de estas firmas llevan casi un año sin poder disponer de su dinero, lo que en algunos casos está abocando a los patronos a plantearse seriamente la posibilidad de abandonar la Isla, cuya economía atraviesa uno de sus peores momentos de los últimos años.
Según publicaba La Voz de Galicia estimaciones no oficiales apuntan a que los quince empresarios gallegos presentes en el país comunista podrían tener retenidos algo más de 30 millones de euros. De momento, el Ejecutivo que preside Raúl Castro explica el bloqueo de las cuentas por la escasez de divisas en Cuba.
Entre las empresas gallegas afectadas se encuentra el grupo alimentario Vima, propiedad del propio Víctor Moro Suárez, que es el principal proveedor del mercado hotelero caribeño, con presencia en Jamaica, las Bahamas, Brasil, México y Panamá, además de en Cuba. Pescanova mantenía un acuerdo de exclusividad a 30 años para comercializar langostino cultivado en la isla, fruto de un convenio suscrito con Caribex, gracias a la absorción de Pescafina. También comercializó langosta criada en Cuba. En el 2002, cuando Pescanova adquirió la burgalense Antártida, vendía más de 20.000 toneladas de langostino cubano.
La firma viguesa de repuestos del automóvil Recalvi también mantiene operativa una filial del grupo en Cuba, donde se ha convertido en uno de los principales abastecedores del mercado. El grupo de componentes de automoción Copo, con sede en Vigo, abrió en el 2001 la firma Dujo CopoFlex en la Habana, una de las principales proveedoras de colchones en la Isla.