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Algunos gobiernos latinoamericanos, como el brasileño, comienzan a tener problemas con su deuda soberana

Lula y los mercados financieros

A pesar de que los países de América Latina han salido de la crisis económica internacional mejor parados que EEUU y la Unión Europea, no están libres de la sombra de la sospecha. Y si no que se lo pregunten al presidente Lula da Silva. Parece que la crisis griega, con su consiguiente dosis de aversión al riesgo, también ha llegado a Brasil. O, mas concretamente, a sus emisiones de deuda soberana en reales. Además, la marea ha obligado a Argentina a prorrogar hasta el 22 de junio la fecha prevista para su oferta de canje de deuda. A pesar de que los países de América Latina han salido de la crisis económica internacional mejor parados que EEUU y la Unión Europea, no están libres de la sombra de la sospecha. Y si no que se lo pregunten al presidente Lula da Silva. Parece que la crisis griega, con su consiguiente dosis de aversión al riesgo, también ha llegado a Brasil. O, mas concretamente, a sus emisiones de deuda soberana en reales. Además, la marea ha obligado a Argentina a prorrogar hasta el 22 de junio la fecha prevista para su oferta de canje de deuda.

Para los compradores de deuda soberana en reales parece que el brillo de Brasil ha desaparecido, aún siendo el país, junto a China, el polo regional emergente del siglo recién iniciado. El Tesoro brasileño cerró el pasado mes de mayo con las peores cifras de los últimos 17 periodos de 30 días. Y, con un precio a pagar que ha elevado sustancialmente los costes de emisión.

Más aún, según los datos recopilados por la agencia Bloomberg, en la última semana del pasado mes la captación de capital se redujo sustancialmente hasta situarse en 12.500 millones de reales (5.581 millones de euros) sólo dos tercios del capital previsto que ascendía a 18.600 millones de reales (8.305 millones de euros) y menos de la mitad de los 26.900 millones de reales que se captaban por término medio en los primeros cuatro meses (12.011 millones de euros).

Pero eso no fue todo, el 30 de mayo, el Tesoro brasileño se abstuvo de colocar dos emisiones a diez años al no recibir ofertas en la subasta que pudieran considerar aceptables.

Por el momento, la lucha con los especuladores se ha saldado en tablas, el día de la colocación fallida, la rentabilidad de la deuda a diez años en los mercados secundarios se situó en el 13,12%, pero después, cayó más de 70 puntos básicos hasta quedar situada en el entorno del 12,60% en el que se ha movido desde entonces. Pero, los responsables de la financiación del estado brasileño no se confían. Creen que puede ser sólo una tregua. Por eso han optado por reducir sus emisiones de deuda.

Sin embargo, algunos expertos discrepan, creen que la salida de Lula de la presidencia tendrá un coste mayor que el que se deriva del momento actual de turbulencias. Gane quien gane, tanto sí es Dilma Rousseff, a quien el actual mandatario ha ungido con su apoyo, o sí es José Serra, en teoría más amable con el mundo financiero.

El Tesoro brasileño debe cumplir con unos vencimientos de 50.400 millones de reales (22.505 millones de euros) en este mes de junio. Pero no buscara la refinanciación de todo este volumen. Sólo emitirá bonos de distintos plazos por un valor de 45.000 millones de reales (20.100 millones de euros) y cubrirá el resto de la cantidad con sus reservas. Las autoridades económicas del país piensan que la prima de riesgo que se les aplica es excesiva y que sólo se relaciona con la volatilidad general.

En lo referido a Argentina, el Gobierno ha prolongado el plazo para su oferta de canje de duda en suspensión de pagos. Sólo Cinco días antes de la fecha final inicialmente prevista por la oferta de canje de deuda lanzada por el Tesoro Argentino, el ministro de Economía del país austral, Amado Boudou, ha anunciado que el plazo sería prolongado hasta el día 22 del mismo mes. Aunque Boudou confía en esta prórroga, los inversores se muestran esquivos, en los últimos días los bonos en suspensión de pagos cotiza a un precio del 40% del nominal, muy lejos del 60% al que llegaron en abril.

Un tiempo de descuento de dos semanas con el que las autoridades argentinas esperan imponerse en la prórroga de un partido interminable que ha durado ya seis años y que, por culpa de la crisis del euro, y algunos otros factores de orden local, amenaza con durar aún mucho más tiempo del que sería deseable para la familia Kirchner que ocupa el poder en el país desde hace unos seis años y aspira a continuar otros diez más.

La oferta se concentra en un total de deuda por valor de 18.300 millones de dólares (14.875 millones de euros) que continúan en poder de un grupo de tenedores de bonos que rechazó el canje inicial propuesto en 2005. La oferta actual incluye un grupo de bonos con vencimiento en 2033 que mantiene el nominal y cuyos intereses serán iguales al incremento medio del PIB argentino en el periodo. Está cantidad se abona con otra emisión de deuda que vence dentro de seis años.

Por ahora, según los datos oficiales del ministerio argentino sólo el 46% del volumen total de deuda al que se dirige la oferta ha entrado en el canje.

Y quien si parece sorprender es la deuda soberana cubana. Ya que los bonos, algunos de ellos vencidos, han atraído el interés de algunos inversores de EEUU, quienes consideran que, de cambiar las condiciones políticas y económicas en la isla, ésta experimentará un boom comercial que podría, entre otras cosas, permitirle regresar a los mercados de crédito. Además, hay empresarios estadounidenses que han apostado por activos relacionados con empresas que, en teoría, podrían concretar lucrativos negocios en el país si éste regresa a la economía de mercado.

Ciertos empresarios de EEUU consideran que, de reanudarse algún día el comercio con Cuba, la isla experimentará un boom comercial que redundará en oportunidades de inversión para empresas estadounidenses. Por consiguiente, han apostado por en sectores que, en teoría, crecerían significativamente si termina el embargo comercial.

Algunas de estas empresas están en sectores como el naviero, donde se encuentra Seabord Corporation, que cubre varias rutas en el Caribe y que también transporta alimentos, así como la línea de cruceros Royal Caribbean, cuyos negocios, según algunos empresarios, podrían duplicarse de llegar a incluir dentro de sus destinos a Cuba.

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