Esta semana, la mayoría de los medios de comunicación mexicanos han catalogado la asociación entre la petrolera Pemex y Sacyr de fracaso total. Además, han afirmado que la empresa mexicana conocía de antemano la difícil situación que vivía la española y que sabía que su unión era ilegal. Esta semana, la mayoría de los medios de comunicación mexicanos han catalogado la asociación entre la petrolera Pemex y Sacyr de fracaso total. Además, han afirmado que la empresa mexicana conocía de antemano la difícil situación que vivía la española y que sabía que su unión era ilegal.
El diario mexicano La Vanguardia, recogía el jueves que Pemex fue advertida de que su asociación con la española Sacyr era ilegal ya que no había sido aprobada por el consejo de administración. El aviso vino del consejero externo, Rogelio Gasca Neri. Se señalaba que en la sesión ordinaria 834 del consejo de administración, Gasca Neri, avisó a Pemex que debía cancelar el acuerdo con Sacyr, ya que violaba la Ley de Petróleos Mexicanos y propuso solicitar la intervención de la Auditoría Superior de la Federación (ASF); además de nombrar un consejero delegado que vigilara el cumplimiento de estos acuerdos planteados ante el consejo de administración.
La operación fue cuestionada desde el inicio, ya que en el consejo de administración, el ex director de la Comisión Federal de Electricidad afirmó que “no se contaba con la autorización del consejo ni con una opinión jurídica del abogado de la empresa emitida ex ante y al haber violado artículos de la Ley de Petróleos Mexicanos, de presupuesto y deuda, la operación está tocada de ilegalidad».
Por su parte, CNN Expansión se puso en contacto con varios expertos para que dieran su opinión acerca de esta unión, y todos coincidieron en que iba a resultar muy perjudicial para la petrolera mexicana.
“¿Por qué se metió con esta empresa (Sacyr) que estaba tan conflictuada, tanto desde el punto de vista del manejo corporativo, como desde el punto de vista financiero? Con ese tipo de socio era evidente que la relación se iba a romper», asegura la profesora e investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Miriam Grunstein, a CNN Expansión cuestionando la efectividad de la auditoría que realizó Pemex sobre Sacyr antes de aliarse.
Por su parte, el secretario de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados, Mario Alberto Di Costanzo, ha catalogado esta unión de “desastre” y ha señalado al medio de comunicación que para la petrolera Pemex era absurda la sociedad con Sacyr. Di Constanzo apunta que el problema ha estado en que “Suárez Coppel tomó una decisión unilateral, y los argumentos esgrimidos para justificar el convenio ya quedaron rebasados por completo”.
Como parte del acuerdo entre Pemex y Sacyr, la petrolera mexicana se comprometió a comprar 5% de acciones de Repsol para aumentar su participación en un 9,8% y sindicarla con Sacyr (de 20%), con el objetivo de alcanzar una participación de 29.8%. Por ello, Di Constanzo sentencia “ahora la mayor participación en Repsol no le sirve para nada a Pemex, ¿para qué hizo ese gasto? Esta operación fue un desastre para Petróleos Mexicanos, y podría configurarse un daño patrimonial».
Y esto es algo que la mayoría de los medios en México se plantean; ¿para qué le sirve ahora la participación de casi el 10% en Repsol a Pemex?¿Qué hará ahora con ella?. Pues bien, habrá qué esperar a ver que consecuencias definitivas tiene esta unión fracasada y si realmente es tan perjudicial para la petrolera mexicana, como los expertos señalan.