El Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), entidad que integra los mercados de Colombia, Chile y Perú, que inició su andadura el pasado lunes 30 de mayo, no ha obtenido los datos esperados. Su operación conjunta registró modestos valores negociados, algo que algunos analistas achacan a las diferencias tributarias de los tres parqués, a la incertidumbre electoral en Perú y a las trabas para inscribir acciones peruanas y colombianas en la plaza sureña. Las cifras que se han dado a conocer de las operaciones no representan ni el 0,1% del volumen de negocio que se opera en un día normal en el resto de las plazas locales. El Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), entidad que integra los mercados de Colombia, Chile y Perú, que inició su andadura el pasado lunes 30 de mayo, no ha obtenido los datos esperados. Su operación conjunta registró modestos valores negociados, algo que algunos analistas achacan a las diferencias tributarias de los tres parqués, a la incertidumbre electoral en Perú y a las trabas tributarias para inscribir acciones peruanas y colombianas en la plaza sureña. Las cifras que se han dado a conocer de las operaciones no representan ni el 0,1% del volumen de negocio que se opera en un día normal en el resto de las plazas locales.
El estreno, que comenzó con un pequeño monto negociado de 11.831 dólares (8.200 euros) dejó en evidencia obstáculos que todavía debe sortear el mayor mercado accionarial unificado de América Latina. Las colombianas Davivienda, Ecopetrol y Bancolombia fueron los títulos que hicieron historia al convertirse en los primeros en transarse por medio de este nuevo mercado.
En el segundo día de operación se transaron seis operaciones por un monto de 263.387 pesos colombianos (100.000 euros), según el reporte de MILA en la Bolsa de Valores de Lima. Esta cifra es todavía muy baja, ya que no representa ni el 0,1% de lo negociado en las tres bolsas que participan, hecho que indica que el mercado integrado MILA está todavía en un inicio muy verde.
El estreno dejó en evidencia obstáculos que todavía debe sortear el mayor mercado accionarial unificado de América Latina. Sin embargo, Jorge Zúñiga, analista de Bancolombia, consultado por Americaeconomica.com, apunta a que las expectativas eran bajas, dado que sólo «se trata del inicio del proyecto en su primera fase. A medida que las empresas se vayan conociendo, las operaciones irán en aumento. Por lo que se espera que dentro de dos o tres meses, ya en una segunda fase, la bolsa común gane fuerza».
No obstante se espera que el proyecto despegue en cuestión de tiempo y será entonces cuando se comience a apreciar la iniciativa del mercado común. La ampliación e internacionalización del mercado bursátil puede ser un paso muy positivo para cada uno de los países involucrados. Si este mecanismo se perfecciona y llega a funcionar con la suficiente agilidad y transparencia permitirá a las empresas de los países participantes captar fondos, por la vía de la venta de acciones, no sólo en su limitado mercado interno, sino también en las operaciones financieras y de capitales de los otros países socios.
También permitirá a los eventuales inversionistas, gozar de una cartera de oportunidades más amplia para efectos de realizar operaciones de compra de papeles, lo cual le permitirá elegir aquellos que le parezcan efectivamente los más rentables. De todo esto también esperan beneficiarse las bolsas de Ecuador y Panamá, que está previsto que se integren pronto a esta iniciativa.
De esta forma ha concluído un proyecto que ha tardado cuatro años en hacerse realidad. Comenzó en julio de 2007, cuando los directivos de las bolsas de Colombia y Perú estudiaron la posibilidad de fusionarse. Los problemas técnicos bloquearon ese primer intento, lo atrasaron alrededor de dos años, hasta que finalmente en marzo de 2009 el sueño renació con la inclusión de la plaza chilena.