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Los congresistas Ileana Ros-Lehtinen y Connie Mack inician movimientos de presión contra la nación sudamericana

El lobby agroalimentario de EEUU lanza a los anticastristas contra Argentina

El Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes ha emitido una dura advertencia a Argentina, a la que acusa de no fomentar la democracia ni de respetar los derechos y libertades que se le exigen a un Estado de Derecho. En concreto, Connie Mack, representante por Florida y cercano a la conocida anticastrista Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Comité, se ha convertido en el azote de la nación gobernada por Cristina Fernández al haber sido el impulsor de una resolución para retirar las ayudas, que Departamento de Estado otorga al país sudamericano para programas de apoyo y capacitación. El lobby norteamericano agroalimentario, partidario de endurecer las condiciones del comercio con Argentina y que controla parte de la deuda en default del país sudamericano, se encuentra detrás de la nueva medida de presión. El Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes ha emitido una dura advertencia a Argentina, a la que acusa de no fomentar la democracia ni de respetar los derechos y libertades que se le exigen a un Estado de Derecho. En concreto, Connie Mack, representante por Florida y cercano a la conocida anticastrista Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Comité, se ha convertido en el azote de la nación gobernada por Cristina Fernández al haber sido el impulsor de una resolución para retirar las ayudas, que Departamento de Estado otorga al país sudamericano para programas de apoyo y capacitación. El lobby norteamericano agroalimentario, partidario de endurecer las condiciones del comercio con Argentina y que controla parte de la deuda en default del país sudamericano, se encuentra detrás de la nueva medida de presión.

Los choques de Cristina Fernández con la prensa –a la que recientemente ha acusado de fomentar el pánico por la escasez de combustible– y la presión de los inversores norteamericanos poseedores de deuda argentina han proyectado su sombra sobre la iniciativa de Mack, que afirma que «ninguno de los fondos autorizados para ser designados bajo esta ley estará disponible para ayudar a los Gobiernos de Argentina, Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia». Es decir, coloca a la nación gobernada por Cristina en el `eje del mal´ del anti-castrismo norteamericano. Los inversores norteamericanos que poseen bonos de deuda argentina en default, organizados en torno al ‘American Task Force Argentina’ (ATFA), se han congratulado por el anuncio.

Mack es conocido por su férrea oposición a países como la bolivariana Venezuela, en los que la intervención estatal es característica. «Acerquémonos a nuestros aliados y amigos, pero dejemos de apoyar a organizaciones y países que perpetúan la destrucción de la libertad y la democracia», ha señalado el político al presentar su iniciativa, en la que pone a Argentina al mismo nivel de naciones como la propia Venezuela, Nicaragua, Bolivia o Ecuador. Al igual que Ros-Lehtinen, Mack proviene de Florida, un Estado norteamericano fuertemente influido por el anti-castrismo de los emigrantes o exiliados sudamericanos.

El ATFA es un grupo de patronales del sector agroalimentario estadounidenses. En su página web dicen ser “una alianza de individuos y organizaciones unidos para una conciliación justa y equitativa del incumplimiento de pago y la reestructuración de la deuda soberana del gobierno argentino”.

El organismo considera que el gobierno estadounidense debería involucrarse en el tema del incumplimiento de pago y la reestructuración de la deuda de Argentina, y se formó “en respuesta a las preocupaciones por su manejo imprudente de la deuda soberana”. Tal y como se puede leer en su página web, su objetivo es “reforzar la estabilidad de los mercados de crédito globales, trabajar para conseguir un resultado adecuado para los acreedores restantes, asegurar la integridad de la ley estadounidense y fortalecer las relaciones bilaterales cruciales entre EEUU y Argentina”.

Sea como sea, son, como ya hemos dicho, un grupo de patronales agroalimentarias estadounidenses. Este grupo se erige, por lo tanto, como competidores de Argentina, un país exportador, principalmente, de soja, trigo y, sobre todo, carne. Durante 2008, las exportaciones agroalimentarias supusieron para el país que preside Cristina Fernández un 34,1% de sus ventas totales al exterior. El valor de las exportaciones de la carne durante 2010 fue de 2.214 millones de dólares (1.650 millones de euros). El de los cereales, 6.817 millones de dólares (5.083 millones de euros).

Por ello, no sorprende que los integrantes del AFTA sean en su mayoría asociaciones de inversores pertenecientes al ámbito de la agricultura y la alimentación de una gran variedad de Estados norteamericanos. A través del control de la deuda argentina en default, el organismo se ha convertido en una fuerte herramienta de presión sobre el Gobierno de Obama para que endurezca la política exterior y comercial en relación a Argentina.

La iniciativa de Mack fue aprobada por 23 votos a favor y 16 en contra, y se engloba en el debate sobre el proyecto de ley que regula la ayuda exterior de EE.UU. para el año fiscal 2012, y que también prevé recortes para otros países Pakistán, Yemen o la Autoridad Nacional Palestina. La Cámara está controlada por una mayoría republicana que se opone frontalmente a la política exterior desarrollada por el presidente del país, el demócrata Barack Obama, aunque la enmienda aún debe pasar más etapas legislativas en la Cámara baja y el Senado antes de entrar en vigor de forma definitiva.

Los choques de Cristina Fernández con la prensa –a la que recientemente ha acusado de fomentar el pánico por la escasez de combustible– y las dudas de los inversores norteamericanos en deuda argentina han proyectado su sombra sobre la iniciativa de Mack, que afirma que «ninguno de los fondos autorizados para ser designados bajo esta ley estará disponible para ayudar a los Gobiernos de Argentina, Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia». Es decir, coloca a la nación gobernada por Cristina en el `eje del mal´ del anti-castrismo norteamericano.

La presión de los inversores norteamericanos con deuda argentina en default, que ya han rechazado en dos ocasiones los intentos del Gobierno de Cristina de canjear la deuda, podrían haber ejercido una cierta presión para que la decisión saliera adelante. De paso, coincide con los intereses del Partido Republicano de exigir más mano dura a Obama con los países de su entorno. Recientemente, la Corte de Apelaciones del estado de Nueva York ha fallado en contra de Argentina, que deberá seguir pagando intereses por algunos títulos ya vencidos a acreedores norteamericanos.

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