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El Gobierno argentino envía 200 inspectores a la sede del Grupo Clarín para iniciar una investigación fiscal

El ataque de los Kirchner

El duro enfrentamiento entre el Gobierno de Cristina Fernández y el Grupo Clarín, el principal grupo de comunicación del país, cada día se agrava más. El último episodio ha sorprendido a todos, unos 200 inspectores de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) han irrumpido en las redacciones de los diarios Clarín, Olé y La Razón, y otras empresas del grupo mediático, para iniciar una investigación fiscal. El duro enfrentamiento entre el Gobierno de Cristina Fernández y el Grupo Clarín, el principal grupo de comunicación del país, cada día se agrava más. El último episodio ha sorprendido a todos, unos 200 inspectores de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) han irrumpido en las redacciones de los diarios Clarín, Olé y La Razón, y otras empresas del grupo mediático, para iniciar una investigación fiscal.

Las críticas de Clarín al Gobierno tras el conflicto del campo le están saliendo muy caras, tras quedarse sin los derechos televisivos del fútbol de primera división y ver como el Ejecutivo le negaba una solicitud para que su operadora de cable Cablevisión se fusionara con Multicanal, el Grupo Clarín, ha asistido atónito como un ejército de inspectores ha invadido las redacciones de sus diarios para iniciar una inesperada inspección fiscal.

Ricardo Kirschbaum, director del periódico Clarín, ha calificado los hechos como un operativo de intimidación, y ha recalcado que la llegada de los inspectores se produce horas después de que Clarín hubiera publicado una información sobre un presunto caso de corrupción que implica directamente al actual director de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray.

El gerente de Relaciones Exteriores del Grupo Clarín, Martín Etchevers, ha indciado que no puede desvincular esto de todo lo que está pasando en las últimas semanas entre el Gobierno Kirchner y los medios de comunicación. Etchevers aseguró que el operativo fiscal no sólo ha afectado al diario sino también a otras siete empresas del grupo.

Cablevisión. El Ejecutivo, a través del Comité Federal de Radiodifusión (Comfer), negó, a principios de esta semana, una solicitud de Clarín para que su operadora de cable Cablevisión se fusione con Multicanal. Desde Comfer han asegurado que Cablevisión ya cuenta con más licencias de las permitidas por los reguladores locales. Según el titular de Comfer, Gabriel Mariotto, el Grupo Clarín tiene una posición dominante en el mercado de televisión por cable, lo que permite la entrada de nuevos actores.

Cablevisión considera que la decisión del Comfer no tiene basas legales, ya que el operador cumple con todos los requisitos de regulación locales. Además, el operador ha querido dejar claro que el Gobierno ya había aprobado la fusión en diciembre del 2007, cuando gobernaba el ex presidente Néstor Kirchner.

A nadie se le escapa que la decisión gubernamental es otra batalla más en la guerra que enfrenta al Gobierno argentino con el Grupo Clarín, que en poco tiempo han pasado de ser amigos a enemigos. Las críticas que el medio de comunicación ha ido vertiendo sobre la actual administración no han sido bien digeridas por la mandataria y su poderoso marido.

Este mismo mes, la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) canceló un contrato por los derechos de transmisión de los partidos locales de fútbol con TCS, empresa que es controlada por el Grupo Clarín. El acuerdo entre TCS y la AFA tenía vigencia hasta el 2004, pero la Asociación de Fútbol suscribió un acuerdo con el Gobierno, y ahora transmitirá los partidos a través del Canal 7, que es público.

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