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Dilma Rousseff consigue una mayor aprobación de su gestión en su primer año como presidenta que su antecesor, Lula da Silva

Alumna ‘aventajada’

Según la última encuesta realizada por el Instituto Ibope, los brasileños están más conformes con la actuación del primer año de Gobierno de Dilma Rousseff, que la que tuvo su antecesor Lula da Silva. Parece que los numerosos casos de corrupción en su Ejecutivo, que han provocado la dimisión de seis de sus ministros, no le han pasado factura. Según la última encuesta realizada por el Instituto Ibope, los brasileños están más conformes con la actuación del primer año de Gobierno de Dilma Rousseff, que la que tuvo su antecesor Lula da Silva. Parece que los numerosos casos de corrupción en su Ejecutivo, que han provocado la dimisión de seis de sus ministros, no le han pasado factura.

El 72% de los brasileños aprueban la gestión realizada en el primer año de la mandataria. El dato ha registrado un repunte en los últimos meses, ya que en julio la cifra se situaba en un 67%, y fue cuando comenzaron los escándalos de corrupción en su Gobierno.

Si se contrastan estos datos, con los que obtuvo su antecesor, Lula da Silva, Rousseff cuenta con mayor apoyo de los ciudadanos. Lula obtuvo un 66% en su primer año como gobernante. Pero también supera al socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso un 57%, y que esta semana la exculpó de los casos de corrupción, señalando como culpable al ex presidente Lula. La popularidad del Gobierno en sí, también ha aumentado en el último mes del año, un 51% a un 56%.

El gerente de la encuesta, señaló a la agencia AFP, que los motivos de tan buenos datos son el buen momento económico que vive el país y la capacidad de la presidenta de despegarse de las denuncias de corrupción. «Estamos con una tasa de desempleo bajísima, tenemos una población satisfecha con la economía» aseguró.

Los brasileños han manifestado en los últimos meses, desde que se destaparon los casos de corrupción, que la mandataria ha actuada con ‘mano firme’, y no se ha dejado embaucar. De hecho, desde el inicio de su mandato he reiterado en numerosas ocasiones que en su Gobierno “tendrá tolerancia cero con la corrupción”.

Desde Brasil señalan que a principios de 2012, la jefa del Estado anunciará una profunda reforma de su ejecutivo, con el objetivo de tener cerca de ella a políticos que respondan directamente ante ella, y no sean heredados del anterior presidente, Lula da silva. Rousseff parece estar cansada de la situación y no quiere parecer más una ‘alumna’ del presidente que mayor popularidad tuvo en la historia de Brasil.

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