Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

EL NUEVO MODO

Represión

Me refiero a la represión policial, militar y judicial, pero también a la represión económica. Son las salidas –los medios de gobernabilidad- del régimen venezolano en la complicada situación general enfrentada. Me refiero a la represión policial, militar y judicial, pero también a la represión económica. Son las salidas –los medios de gobernabilidad- del régimen venezolano en la complicada situación general enfrentada.

De la primera hemos escrito, desde el 2002, en nuestros análisis generales sobre el conflicto político nacional. A la segunda la hemos referido en nuestros recientes escenarios sobre salidas al actual impasse del modelo económico imperante.

Más allá de las omisiones informativas sobre estadísticas económicas nacionales, lo cual dificulta los análisis, todo hace presumir que el régimen enfrenta en estos tiempos un exigente cronograma de pagos de deuda externa que lo obligará a decisiones económicas con implicaciones excepcionales.

Los trade-offs son perversos. O paga puntualmente o entra en impago. Y para pagar deberá liquidar o entregar activos estratégicos nacionales o restringir importaciones.

Con el impago caerá el consumo privado (y el país entra en turbulencia). Y las restricciones a las importaciones son un recorte directo del consumo. Eso es represión económica.

Lo habíamos señalado en artículo reciente (“Cuba”, 22/8/14). Dedicamos seis de sus párrafos para hacer evidente el camino que lleva a la severa represión de la demanda agregada interna y de las importaciones privadas de todo tipo.

Insisto: eso es represión. Represión económica directa. Para cuyo avance sin sobresaltos se cuenta con la otra, la más evidente: la violenta, la armada. Lo cual significa que en el mejor de los casos, frente a las limitaciones los compromisos de pago, o viene el Armagedón del impago y sus terribles consecuencias inmediatas, o el tubo del progresivo camino a “La Nueva Cuba”.

Terrible el destino de Venezuela si su sociedad no entiende dónde está parada y adónde la dirige el régimen. Sin embargo, amigos lectores, no es ése el propósito de este artículo. Su alcance es más limitado.

En lo inmediato adquieren relevancia las reformas y ajustes que directa e indirectamente apuntan a fines productivos y de generación de divisas. Lo que hemos llamado, en nuestros análisis recientes, los factores de sustentabilidad del modelo económico nacional.

Se trata de entender que excepto la presencia de un avieso e incomprensible fin en el manejo de la economía, dirigido a su minimización, a la dirección política conviene actuar en lo inmediato en el aprovechamiento de los recursos y condiciones nacionales para fines de mejoramiento de los ingresos en divisas.

Se escribe fácil, pero no lo es en el contexto venezolano. Su mercantilismo ancestral, su rentismo arraigado y la especie de corporativismo rentista de su clase política –tirios y troyanos- son límites importantes a un fin como el señalado. También lo es el rol subalterno de lo nacional en el proyecto neocomunista regional y mundial en el cual se inscribe el régimen.

En la dispersa discusión nacional es un tema que aparece más ligado a difusos proyectos de futuro que a la discusión político económica actual. El país no parece consciente del límite al cual llega y de las exigencias que plantea.

De hecho, avanzamos inexorablemente a los trade-offs y la discusión no está presente. La politique politicienne que refieren los franceses se tragó a la política de Estado (¿hay un Estado venezolano?) y los fines económicos plausibles asociados a ella. No estamos en los mejores tiempos nacionales.

* Santiago José Guevara García

(Valencia, Venezuela)

[email protected] / @SJGuevaraG1

Más información

Scroll al inicio