Campana de largada, dentro de los vestidores, los aspirantes a la presidencia de Costa Rica, la democracia más antigua de Latinoamérica, se aprontan a encarar la recta final, con la mirada puesta en el próximo domingo, día en que se juega el futuro de la Republica, la campaña para las elecciones presidenciales al rojo vivo, los candidatos buscan asegurar apoyos de última hora y conseguir que sus seguidores acudan a votar para elegir al sucesor del presidente Oscar Arias. Campana de largada, dentro de los vestidores, los aspirantes a la presidencia de Costa Rica, la democracia más antigua de Latinoamérica, se aprontan a encarar la recta final, con la mirada puesta en el próximo domingo, día en que se juega el futuro de la Republica, la campaña para las elecciones presidenciales al rojo vivo, los candidatos buscan asegurar apoyos de última hora y conseguir que sus seguidores acudan a votar para elegir al sucesor del presidente Oscar Arias.
Considerada la discípula del actual mandatario, la ex vicepresidenta Laura Chinchilla, emerge como favorita en los sondeos, buscando mantener el poder para el PLN (Partido de Liberación Nacional), pero la gran incógnita es si conseguirá el 40% de los votos que necesita para evitar una segunda vuelta y convertirse a su vez, en la primera mujer de la historia de Costa Rica que la gobierne.
A Chinchilla, le siguen los opositores Otto Guevara del Movimiento Libertario (derecha), y Ottón Solís del Partido Acción Ciudadana (centroizquierda), quienes han focalizado duramente sus mensajes en escándalos del Gobierno saliente y en acusar a la ex vicepresidenta de ser «marioneta» del actual mandatario.
De alcanzar su objetivo Chinchilla daría continuidad a políticas de la actual administración, y por sobre todo al PLN, partido que ha ocupado el poder en treinta y dos de los últimos cincuenta años basado en una filosofía socialdemócrata, aunque en algunos casos ha sido criticado por inclinarse hacia el neoliberalismo.
A efectos de contrarrestar estas consideraciones Chinchilla enfatizó que no hay que desviarse sobre el camino costarricense, evitar los llamados del populismo de izquierda y de derecha que hay en América Latina. No podemos detenernos y menos desviarnos del camino que es uno solo. Hay que cumplir el objetivo Costa Rica para todos
Otto Guevara, segundo en las preferencias propone en tanto un terminante «cambio ya» para terminar con la «corrupción» del Gobierno de Arias, principal objetivo de las críticas de su campaña.
Entre sus propuestas más firmes nomina dolarizar la economía, menor ingerencia del Estado, apertura económica, desarrollar tratados de cooperación y libre comercio, fortalecer las relaciones con otros países, en especial con Nicaragua y Panamá.
Por su parte, Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC, centroizquierda), el mayor grupo de la oposición actual y ex militante, por demás defraudado, del PLN , aparece muy alejado en la tercera posición.
En cuarto lugar surge Luis Fishman, que se declara como «el menos malo», y quien ingresó a la campaña a última hora luego de que el líder de la Unión Social Cristiana, el ex mandatario Rafael Angel Calderón (1990-1994), abandonara la contienda tras ser condenado a cinco años de cárcel por corrupción.
Otros cinco candidatos participan con apoyo minoritario: Eugenio Trejos, Oscar López, Mayra González, Walter Muñoz y Rolando Araya. Estos dos últimos suscribieron recientemente un pacto con el PAC de Solís.
Unos 2,8 millones de costarricenses están convocados a elegir al nuevo presidente, dos vicepresidentes, 57 legisladores y representantes municipales, en unos comicios cuyo ganador sucederá a Arias, Premio Nobel de la Paz 1987 y uno de los centroamericanos con mayor prestigio internacional.
Las cartas en la mesa, el pueblo de Costa Rica, juega su futuro, no dudamos que sabiamente sabrá encontrarlo.