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Un Peugeot 406 de 1999 cuesta en Cuba 28.000 dólares

Ese es sólo un ejemplo de los precios desorbitados con los que ha comenzado este miércoles la venta minorista de coches nuevos y usados en la isla caribeña. El cubano que quiera adquirir un Peugeot 406 de 1999 tendrá que pagar 28.000 dólares (unos 20.590 euros). Ese es sólo un ejemplo de los precios desorbitados con los que ha comenzado este miércoles la venta minorista de coches nuevos y usados en la isla caribeña.

Esta medida, que entró en vigor el pasado viernes 3 de enero, fue aprobada por el Gobierno de Raúl Castro el pasado 19 de diciembre con el pretexto de eliminar prohibiciones y “actualizar” la economía socialista, informa Efe.

En 2011, el Ejecutivo ya había autorizado las transacciones de vehículos entre particulares, pero mantuvo hasta hoy las limitaciones para su venta a personas naturales en las entidades comercializadoras estatales, las únicas que operan en el país.

Hasta ahora, los principales clientes de estas agencias eran exclusivamente funcionarios y profesionales de la cultura, el deporte o la salud, a los que el Gobierno había otorgado «cartas de autorización» para adquirir coches porque sus ingresos en misiones de trabajo justificaban la compra.

Por ello, los cubanos acogieron esta iniciativa con gran expectación e ilusión. Sin embargo, los precios con los que han amanecido este miércoles las concesionarias estatales, han provocado una gran indignación entre los que se acercaron a las tiendas de automóviles.

Y es que las tarifas de los listados de coche de segunda mano oscilan entre los 20.000 y los 110.000 dólares (unos 14.700 y 80.900 euros). Tan sólo dos modelos con más de una década de uso están alrededor de los 15.000 dólares (unos 11.000 euros). Unos precios al alcance de muy pocos, ya que la mayoría de la población recibe un salario fijado por el Estado en unos 20 dólares al mes (14,7 euros).

Así, el cubano que quisiera comprarse un Peugeot 406 de 1999 no podría hacerlo ni con 100 años de su remuneración. Los 28.000 dólares que cuesta adquirir el automóvil francés lo hacen prohibitivo para cualquier ciudadano de la isla.

El Toyota Yaris de 2003 es otro ejemplo de precio desorbitado. El coche de la firma japonesa es un poco más ‘barato’ que el Peugeot 406, pero cuesta 25.000 dólares (unos 18.000 euros).

Aunque hay precios mucho más altos. Si un cubano quiere hacerse con un Peugeot del año que acaba de cerrar, el precio se dispara. Los automóviles de 2013 de la firma francesa van desde los 91.000 dólares (unos 66.855 euros) del más barato, hasta los 262.000 dólares del más caro (unos 192.500 euros).

Con el dinero recaudado por la venta minorista de carros, el Gobierno anunció que creará un Fondo para el Desarrollo del Transporte Público, destinado al desarrollo de este deprimido sector en el país.

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