Tus Amigos Nuevos

Estética ochentera con evocaciones de los primeros, y ya lejanos, videojuegos y un sonido que, a ratos, recuerda vagamente a viejas bandas de éxito como Level 42. Esas son algunas de las cartas que ha enseñado hasta ahora la excitante banda chilena Tus Amigos Nuevos. Estética ochentera con evocaciones de los primeros, y ya lejanos, videojuegos y un sonido que, a ratos, recuerda vagamente a viejas bandas de éxito como Level 42. Esas son algunas de las cartas que ha enseñado hasta ahora la excitante banda chilena Tus Amigos Nuevos, aparentemente dispuesta a ganar la partida del éxito.

Hay más pistas, claro. Algunas querencias punk, desmentidas por su solvencia como instrumentistas, y unas letras, en ocasiones crípticas e influenciadas por la ‘Antipoesía’, según algún la opinión de algún crítico chileno especializado en música moderna. Aunque también parece haber espacio para los temas ‘sociales’ y la preocupación por la ecología.

Dicen en las entrevistas que empezaron con una formación de 15 músicos que hacían ‘jams’ interminables en el ‘living’ de alguna casa vacía al borde de la demolición. De aquellas improvisaciones exhaustivas habrían quedado algunas canciones y un grupo, más manejable de sólo cuatro músicos.

Aunque, durante un tiempo fueron sólo tres, porque el batería, Javier Chorbadjian, se fue a Londres durante un año a estudiar un máster. Mientras tanto, sus compañeros –Diego Lorenzini, voz y guitarras, Manuel del Valle, bajo, guitarras y coros y Leo Salinas bajo, guitarras, teclado y coros- siguieron en la brecha.

En estos años, la sólida presencia del grupo en directo, a veces con el concurso de algún que otro instrumentista amigo, le ha permitido ir sumando adeptos, para una forma de entender el pop, no demasiado habitual en el Chile de hoy, donde el hambre de éxito inmediato parece haber debilitado al potente movimiento pop que parecía haberse consolidado en el país.

Tras dos álbumes que han hecho mucho ‘ruido’, ’No sí Son’ en 2013 y ’Triunfo Moral’, la banda acaba de convertirse en una de las bazas con las que cuenta Diego Sepúlveda para volver a poner en pie el sello ’Cazador’ una de las discográficas históricas del pop chileno.

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