La Corte Suprema de Brasil ha decidido postergar la decisión sobre el bloqueo que impide al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ser ministro del Gobierno de Dilma Rousseff. El juicio político a la aún presidenta Rousseff acapara toda la atención en el país latinoamericano. La Corte Suprema de Brasil ha decidido postergar la decisión sobre el bloqueo que impide al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ser ministro del Gobierno de Dilma Rousseff. El juicio político a la aún presidenta Rousseff acapara toda la atención en el país latinoamericano.
Ricardo Lewadowski, el presidente del Supremo Tribunal Federal, ha asegurado que el tema es demasiado espinoso como para solucionarlo en una sola sesión aunque no se ha fijado una nueva fecha para deliberar el caso del padre político de la que antaño fuera una de las políticas más queridas de Latinoamérica.
Así lo recogen diversos medios de la prensa latinoamericana, que recuerdan las circunstancias que llevaron a la mandataria brasileña a intentar colocar a su predecesor en un cargo de tanta importancia como el Ministerio Público. Tras una investigación en la que las autoridades aseguraban que había indicios de que el político tenía relación con el caso de corrupción de la empresa estatal Petróleos Brasileños (PT), su sucesora puso en marcha un proceso para nombrarle ministro.
Con ello conseguiría un nuevo grado de aforamiento lo que lo alejaría del caso y del juez Sergio Moro, enemigo acérrimo de Lula. La maniobra salió mal porque fue impugnado por varios juzgados brasileños. Si a ello se une que el propio juez Moro dio a conocer unas grabaciones en las que Rousseff sugería que el nombramiento servía para blindarle de cara a una posible detención, la opinión de los brasileños sobre ambos se hizo bastante negativa.
El asunto es peliagudo y ha acaparado miles de portadas de diversos medios, sin embargo, el juicio político a la presidente Dilma Rousseff ha acabado por ganar terreno. A Rousseff se la acusa de haber llevado a cabo prácticas ilegales para cuadrar las cuentas de 2014, por lo cual podría perder su puesto. Hace unos días el Congreso votó seguir adelante con el proceso , lo que deja como única salvación de la líder del Partido de los Trabajadores (PT) el Senado.
De tener que dejar su puesto sería sustituida, presumiblemente, por Michel Temer del Partido del Movimiento Democrática Brasileña (PMDB), uno de los más críticos con ella y con su gestión de escándalo de Petrobras. Paradójicamente él también deberá enfrentarse a un impeachment por haber participado en la campaña de 2014.
