Carlos Slim estudia su entrada en el capital de Portugal Telecom, una maniobra que podría complicar los planes de Telefónica en Brasil, aunque el magnate mexicano no las tiene todas consigo. Primero debería conseguir la autorización de los reguladores brasileños porque un pacto entre ellos podría afectar a la libre competencia. Carlos Slim estudia su entrada en el capital de Portugal Telecom, una maniobra que podría complicar los planes de Telefónica en Brasil, aunque el magnate mexicano no las tiene todas consigo. Primero debería conseguir la autorización de los reguladores brasileños porque un pacto entre ellos podría afectar a la libre competencia.
Portugal Telecom comparte con la operadora española Vivo, la primera compañía de móviles de Brasil por cuota de mercado (30,14%). Claro, la filial de America Movil (propiedad de Slim) ocupa el segundo lugar en el ranking al contar con un 25,4% de los clientes del país latinoamericano. Hace tres años, Telefónica atravesó una situación similar cuando adquirió el 10% de Telecom Italia, con gran presencia también en el mercado de la telefonía móvil brasileño.
El regulador Anatel finalmente aprobó la operación pero impuso unas duras restricciones, es decir, una desvinculación total. Vivo y TIM (propiedad de la italiana) están obligadas a mantener su personalidad jurídica propia, consejos independientes, además no pueden alcanzar cualquier acuerdo de adquisición de bienes. Es por esto que algunos expertos del sector dudan del carácter estratégico de la entrada de Slim en Portugal Telecom.
El rotativo portugués Diario Económico asegura que el multimillonario mexicano ha mantenido en las últimas dos semanas contactos con Portugal Telecom y con sus accionistas de referencia para concretar la operación. El periódico explica que el pasado fin de semana mantuvo conversaciones en Barcelona con Banco Espiritu Santo (BES), que controla cerca del 8% de la compañía lusa, y que ahora cuenta con representantes en Lisboa para preparar el acuerdo.
Ayer el director financiero de la compañía española, Santiago Fernández Valbuena, afirmó que Telefónica no ha descartado lanzar una OPA hostil sobre Portugal Telecom (donde ya tiene un 10% de sus acciones) para hacerse con el control de Vivo. Para frenar a la operadora, los analistas creen incluso que no tendría mucho sentido que PT buscase un ‘caballero blanco’ (Carlos Slim, por ejemplo). Ninguna otra operadora en el mundo tiene tanto interés como Telefónica por los activos del grupo portugués, en otras palabras, para ninguna otra compañía PT vale tanto como para la española.
Ayer Telefónica volvió a sugerir al consejo de Portugal Telecom que convoque una junta de accionistas para discutir y votar la oferta de 5.700 millones de euros que lanzó para hacerse con el 100% de Vivo. En una presentación al mercado, la operadora española afirmó que los accionistas internacionales de la compañía portuguesa deberían pronunciarse sobre la OPA, a la que se opone frontalmente el órgano de gestión de PT a pesar de que supone una prima del 145%, equivalente al 78% de la capitalización de la lusa. Por si fuera poco, también es 10,9 veces superior al Ebitda de Vivo en 2009 y 32 veces más que el beneficio proyectado por la compañía brasileña para este año.
Los socios portugueses de PT suman un 24% de su capital y rechazan la oferta de Telefónica, pero la operadora española confía en poder convencer al resto, formado fundamentalmente por bancos europeos y fondos de inversión estadounidenses, más preocupados por conseguir rentabilidad a corto plazo que por las perspectivas de futuro de PT.
De hecho, ayer la compañía que preside César Alierta inició un ‘road show’ con los inversores institucionales internacionales que participan en el capital de la operadora portuguesa para convencerles de las bondades de la operación. El plazo para aceptar la oferta por Vivo finaliza el 6 de junio, y para que se convoque la junta, es necesario que lo solicite formalmente un accionista que controle al menos un 5% del capital.
Telefónica también ha amezado a la lusa con bloquear los dividendos de Vivo, algo que supondría un duro golpe para PT, que de no recibir esta retribución tendría muy difícil poder mantener su propia política de dividendos. Por el contrario, para Telefónica apenas supondría un impacto mínimo, que incluso la operadora española podría aprovechar para aumentar las inversiones destinadas a mejorar las infraestructuras de Vivo.
Los analistas de HSBC ya señalaron la semana pasada que de aceptar la oferta de Telefónica, Portugal Telecom podría tener asegurados los dividendos de siete años a los precios actuales (0,575 euros por acción) al mismo tiempo que reforzaría su balance.