Cristina Fernández, que se encuentra de gira por varios países árabes, no logra reconciliarse con los empresarios agrícolas. Más bien al contrario. La presidenta de Argentina sufre desde hoy el que será el segundo cierre patronal organizado por este gremio durante su mandato, después de que en 2008 acusara a las asociaciones rurales de golpistas por sus protestas contra los impuestos a la exportación de soja y girasol. La “huelga” se extenderá, según los organizadores, durante una semana en protesta ahora por los tasas que soportan las ventas de trigo en el exterior. Cristina Fernández, que se encuentra de gira por varios países árabes, no logra reconciliarse con los empresarios agrícolas. Más bien al contrario. La presidenta de Argentina sufre desde hoy el que será el segundo cierre patronal organizado por este gremio durante su mandato, después de que en 2008 acusara a las asociaciones rurales de golpistas por sus protestas contra los impuestos a la exportación de soja y girasol. La “huelga” se extenderá, según los organizadores, durante una semana en protesta ahora por los tasas que soportan las ventas de trigo en el exterior.
Los productores agrícolas de trigo cumplen desde hoy su amenaza de no vender trigo, maíz y soja en el mercado. Protestan de esta manera por lo que consideran intervencionismo del Gobierno en el sector y renuncian así a la reconciliación que el ejecutivo buscó la pasada semana con subvenciones a las exportaciones.
Como ya ocurriera en 2008, cuando unas protestas similares y el bloqueo de carreteras provocó el desabastecimiento de varios puntos del país, se teme que el paro patronal haga que se eleven los precios de los alimentos, lo que impactaría en la inflación alarmante que ya sufre la población argentina. El contexto político viene a sumarse a la sequía que este verano a recorrido el país, con la consiguiente elevación de precios de los alimentos.
La presidenta Cristina Fernández, que se encuentra en Kuwait en el día de hoy dentro de una gira por Oriente que le llevará por Egipto, Qatar y Turquía, no ha querido hacer referencia al tema. Las cuatro mayores asociaciones rurales de Argentina están encarnizadamente enfrentadas desde hace años con el Gobierno por los cupos de exportación y los impuestos a las ventas externas, medidas que buscan asegurar el abastecimiento doméstico de alimentos básicos y controlar la inflación.
Los agricultores afirman que el sistema de cupos de exportación de trigo y maíz llevó a molinos y exportadores a pagarles precios inferiores a los estipulados oficialmente, por lo que reclaman que la presidenta de centroizquierda Cristina Fernández elimine esas restricciones. Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina, aseguró que la protesta busca que “se normalice el funcionamiento de los mercados (…) el comercio de trigo y maíz, especialmente. Los productores perdemos fortunas, los consumidores pagan más caro el pan».
Fernández debía dirimir, de cara a las elecciones que se celebran este año, su relación con los agricultores argentinos. Su enfrentamiento en 2008 y el apoyo que medios de comunicación como los diarios Clarín y La Nación dieron a las peticiones de los empresarios rurales, provocaron una situación crítica para la presidenta que parece no haber olvidado hasta el día de hoy. No se espera que la actual huelga pueda producir el desabastecimiento de la anterior. Sin embargo, de producirse, la reacción de la población podría dirigirse contra Fernández.
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